La Chaqueta Metálica: In Thousand Lakes, Age of Decay


Texto: Mikel Fernández, de SurimiWorld.

Vamos con otro esperado retorno, el de los bilbaínos In Thousand Lakes. Tras formarse en 1996 tras la división en dos de Dormanth, ilustres pioneros del death/doom metal, publicaron una primera demo un par de años después sacaron, a través de Arise Records, su álbum debut, el ya clásico Lifeless Waters. Por aquel entonces practicaban un death metal melódico al estilo de los primeros In Flames o Dark Tranquillity.

A pesar de tocar asiduamente (servidor les pudo ver en Aste Nagusia ese mismo año junto con Brutal Death), no llegaron a despegar del todo y nunca llegaron a publicar su segundo álbum, disolviéndose ese mismo año. Sin embargo, se reformaron en 2013 manteniéndose Javi y Jokin (batería y guitarra) de la formación original, y tras varios conciertos en 2014 publicaron un EP, Martyrs of Evolution, que venía a actualizar su sonido.

Tras dos años de intensa actividad en directo, en 2016 lanzaron como aperitivo el recopilatorio The Memories that Burn que incluía un nuevo tema, su álbum Lifeless Waters y la demo Emotions y ha sido en este 2017 cuando, por fin, han presentado su segundo larga duración, Age of Decay, publicado a través de Xtreem Music.

El disco ha sido grabado por Pedro J. Monge en sus Chromacity Studios, y el resultado es impresionante. Contundente y nítido a la vez, con una mezcla casi perfecta que equilibra la presencia de los instrumentos y la voz, aunque hay momentos en que ésta parece sonar muy bajita.

Estamos ante un álbum muy variado y, por tanto, en absoluto lineal. Tenemos temas poderosos y directos como Death Train, escogido para abrir el disco, o 4 Walls (Scars), que sirve de cierre del mismo; en contraste, hay otros más lentos y pesados, como Fall Into the Void o Vanished, en los que la melodía se torna la protagonista.

Hay también espacio para temas más alejados del death melódico clásico, influenciados por sonidos más modernos como puedan ser I Rise, Ethereal o Blind Eyes, que recogen las influencias más groovys de los últimos años (corriente que a mí no me termina de gustar). No obstante, estas influencias modernetas son minoría, y pese a mi reticencia a las mismas he de reconocer que sirven para hacer aún más ameno el disco.

No puedo dejar de hacer mención especial al tema-título, Age of Decay. Un medio tiempo pesado​ pero con una importante carga melódica y un estribillo en el que las voces limpias del estribillo (cortesía de Alain Concepción e Iñaki Lazkano) le dan un bonito contraste al tema.

Para mí ha sido muy grato escuchar este álbum. Una gozada de disco, ameno y variado, con un magnífico sonido y grandes canciones. ¡Una vuelta por todo lo alto!

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