Amon Amarth, Testament y Gran Magus: bolazo


Texto: Mikel Fernández (Blog Surimiworld).

Cartelazo el juntado en la sala Santana 27. Echaba de menos acudir a conciertos, pero las obligaciones familiares pesan y uno ya no puede permitirse salir todo lo que quisiera. Pero desde que se publicó la fecha de este concierto, tenía muy claro que era de asistencia obligatoria. Obligado a elegir entre éste y el Return to Roots de Max e Iggor Cavalera, no dudé un segundo y opté por esta gira. Testament siempre han sido una debilidad personal, y las crónicas sobre el estado de unos y otros eran diametralmente opuestas.

Creo que es la 5ª vez que veo a Amon Amarth desde que vinieron como teloneros de Dimmu Borgir (es más, creo que desde ese día sólo me he faltado la vez que vinieron con Cannibal Corpse). En cada visita la sala estaba más llena que la anterior, hasta hoy que creo que no cabía un alma en la misma. Llenar la sala un miércoles es muestra del nivel de popularidad que están alcanzando.

Imagino que al lleno habrán contribuido en gran manera los teloneros, los ya citados Testament, una de las mejores bandas de thrash metal que hay hoy día y dignos merecedores de un hueco en el panteón del género (supongo que se me nota la debilidad hacia ellos). Todavía recuerdo su show en el Metalway de Gernika en 2006, ¡aquello fue increíble!

El cartel lo completaban los suecos Grand Magus, con su power metal clásico con toques a la Candlemass. Lamentablemente, por cuestiones laborales nos perdimos su actuación (que además no debió ser excesivamente larga), pero por lo escuchado espero que vuelvan pronto para sacarnos la espina.

Cuando llegamos ya estaba montado el telón de Testament, que reproducía la portada del último álbum. Tras una prueba de sonido que se demoró un poco más de lo previsto (de hecho, el durante todo el show estuvieron haciendo pequeños ajustes en la batería), se apagaron las luces y tras una breve intro, asaltaron el tema-titulo de su última obra, Brotherhood of the Snake. A mi me dió la impresión de que estaban un poco fríos, sobre todo Alex Skolnick, pero a medida que avanzó el concierto esa sensación se disipó. Continuaron con Rise Up y The Pale King, dejando claro que no iba a ser un show dedicado a la nostalgia, sino que traían canciones nuevas y las iban a defender. Como siempre en esta sala, el sonido era muy nítido, si bien en la mezcla predominaba la caja de la batería (o Gene Hoglan le da con muuuchas ganas), y por el contrario los coros de Skolnick y DiGiorgio apenas se oían (en cambio los de Eric Peterson, con esa voz a medio camino del black metal, se escuchaban perfectamente).

Tras este inicio, tocó volver al pasado con Disciples of the Watch y The New Order, con las que la respuesta del público se animó, al igual que el Sr. Skolnick que con cada sólo se iba viniendo más y más arriba. Una vuelta a sus nuevas obras con Dark Roots of the Earth y Stronghold, con los que los asistentes ya definitivamente nos entregamos a los manejos de los californianos. Desgraciadamente el final se acercaba, pero antes nos regalaron Into the Pit, la infaltable Over the Wall y la guinda del pastel, The Formation of Damnation. Una gran actuación, con la pena de que la misma quedara limitada a 45 minutos. Testament merecen más tiempo por tablas, repertorio e historial.

Durante la pausa para la retirada de los instrumentos y telones de Testament el comentario que más se oía era si por fin podríamos disfrutar del escenario que Amon Amarth llevan montando en sus giras los últimos años: el afamado barco vikingo en cuya proa se sitúa la batería, representando la invasión de las tropas nórdicas. Como pudimos comprobar instantes antes del inicio del concierto, no era ése el montaje que traían, sino un casco vikingo en cuya parte superior se colocaba el kit de batería, aderezado con dos enormes cuernos, y dos escalinatas a los lados del escenario. Parece que, por fin, íbamos a poder disfrutar del show como en el resto de Europa y no contentarnos con la versión reducida del mismo.

Así que nada más apagarse las luces, empezó a sonar la intro, la ya cásica versión orquestal de Amon Amarth, seña de identidad de la banda. De la misma Amon Amarth atacaron The Pursuit of Vikings, todo un clásico ya, y As Loke Falls, para a continuación atacar las canciones de Jomsviking, el álbum que venían presentando. Si bien en directo suenan mucho más pesadas que en el disco, la diferencia de afinación se nota muchísimo respecto a los clásicos, siendo fácilmente reconocibles las canciones del nuevo álbum.

Que en esta gira Amon Amarth juegan fuerte se notó, además de en el montaje, en la presencia en varios temas de dos guerreros Vikingos completamente equipados. Así, en At Dawn's First Light representaron una lucha a espada, en One Thousand Burning Arrows se situaron en lo alto de las plataformas apuntando al infinito con sus arcos y en Raise Your Horns fueron proveyendo a los músicos con sendos cuernos para que brindaran con el público. Y en Father of the Wolf fue el mismísimo Loki el que se paseó por el escenario

Como decía, los suecos no tuvieron que lucirse mucho para conquistar al público. No obstante, su actuación fue impecable, con un sonido atronador y casi perfecto y una magnífica ejecución de los temas (salvo el solo de Twilight of the Thunder God, que toca otra cosa, pero al menos es siempre la misma cosa). Con este tema, convertido en un auténtico himno a estas alturas de su carrera, pusieron el broche final a su actuación, tras una intensisima hora y media que supo a poco.

Fue una gran noche de metal. Tanto Testament como Amon Amarth demostraron estar a un nivel impresionante. ¡El dolor de cuello del día siguiente es la mejor prueba de ello!

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