Aurora Beltrán, sentimiento azul


Texto: Joseba Aizpurua.

Me acuerdo perfectamente el día que vi por primera vez a Aurora Beltrán. Fue en un programa de ETB que presentaban grupos de aquella vorágine musical que fue el mal etiquetado Rock radical vasco. Hace 30 años ya. Y si me deja el alzheimer, creo recordar que era ella la guitarrista, y que la canción que interpretaba era ‘Te hará sentirte mejor’. Después de Belladona esa canción se rebautizó como ‘Una noche de amor’, y con Tahúres Zurdos pudo subir a los altares de las canciones más importantes de este país.

No sé a ella, pero a mi ese grupo me maravillaba, aparte de ser una banda integrada exclusivamente por mujeres. Lo siento chicos, pero debemos reconocerlo, y más aún, en aquellos años: lo tenían jodido para salir adelante y debían de mostrarnos doblemente su valía. Es más, en alguna ocasión tuve que aguantar mientras las veía en directo la estupidez de alguno de mis congéneres con la frasecita de "seguro que son lesbianas". Y yo pensando: ¿estoy en un concierto o en un juicio de la Santa inquisición?

Musicalmente, Belladona ofrecía un punk amable, sin estridencias. Canciones trabajadas con unas guitarras con algo más que con el pedal de distorsión a tope, tan popular en aquella época.

Y llegaron Tahúres Zurdos y aquello que se veía venir, se hizo realidad. Un rock limpio con unas melodías diabólicas y un tono de voz que te parecía acariciar.

Lo lamento, pero no comprendo el rock cantando en un idioma que no entienda. Me resulta vacío, falta algo, disfruto con canciones geniales de grupos extranjeros, con riffs excepcionales, con líneas de bajo sacadas de otros planetas… pero no lo puedo comparar con ‘Azul’ ni con ‘Mis hijos me espían’, ni por supuesto con ‘El planeta ruido’.

Debe ser mi lado femenino, mi punto delicado. Pero quejarte en ‘El planeta ruido’ de la mísera vida que llevamos y comenzar la canción con una nana. O la sutileza, el cariño hacia ama, y después arremeter contra lo más establecido en la sociedad actual, me parece a mí que sólo lo podría hacer alguien sensible, alguien que generalmente y por desgracia para nosotros, lleva los cromosomas XX y no Xy.
Por eso mismo siempre he reivindicado el papel de las mujeres en el rock. Su forma de decir las cosas, sin aspavientos, sin insultos, pero sin moverse un ápice de su ideario, por lo menos a mí me pone la carne de gallina.

Mi hija con 10 años, se sabe al dedillo la canción ‘Azul’, canción que Aurora dedica a su padre, pintor en la mina, que pintaba todo con pintura azul en la extracción de su pueblo Potasas. Y no es casualidad, disparo con bala en la educación de mis descendientes, el rock puede llegar a ser una forma de educar, de enseñarles lo que no está escrito y de lo que Aurora siempre será abanderada. Que nunca piense mi hija que ninguna forma de expresión cultural es dominada por un sexo. Aunque, qué leches, a uno le sube la autoestima verla cantar algo delicado y dedicado a un aita.

Y se acabaron Tahúres y llegó Aurora con Eva Rada. Y fuimos a verlas al Palacio Euskalduna. Acabaron la primera canción y nadie aplaudió, era tal el respeto a lo que estaba sonando que todos nos quedamos anestesiados. Dos músicos con sus dos guitarras acústicas y con sus dos voces, y cómo sonaba aquello. Ellas se quedaron cortadas, supongo que esperando un aplauso que no llegó. Aurora reaccionó ante tal desplante como había que tomárselo, como una muestra de respeto a alguien que con su voz llega a conmover.

Actualmente creo que está componiendo canciones nuevas, y yo como siempre las esperaré en mi lado Azul. Como dijo alguien puedo llegar a vivir sin música, pero la vida sería espantosa.

Feliz cumpleaños Aurora, Zorionak.

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