Los 15 mejores discos de 2013 para Orpheo: Love Division, Tom's Cabin y Cirilo



Love Division: “Anthems for the lost generation” (autoeditado)

Movimiento entre la juventud, acción social. Por eso aboga el nuevo y sobresaliente trabajo de Love Division. Pero el grupo mira más allá y pide referentes musicales. Si siguen por esta senda, a buen seguro que en breve ellos mismos se convertirán en referente para algunos de esas bandas que ahora están comenzando a dar sus primeros pasos en un local de ensayo.

La instrumental “End in the beginning”, de tintes intimistas, abre el disco, mientras que una “End in the end” de similar estructura sonora cierra un círculo en el que sobresalen cortes como “Chain of Command”, un cóctel rockero con ramalazos grunge, o “Nowhere fast”, con un brutal arranque y aderezos punk y metal. Sin olvidar “The Unkept Promises of Communism”, corte de poco texto, pero una intensa estructura sonora, con momentos duros y otros hipnóticos, y “Big Night”, que se ganará los coros del respetable en los directos. “Résistance!”, “Twilight”, “The art of lost love” y “Long way home” se cobijan en ambientes más relajados, con tintes de rock clásico -fronterizo en el caso de “Long way home”, sosegado en “Résistance!” y “Twilight”, por ejemplo- adornados con hermosas melodías. “Case Study (…)” se abre de nuevo a una pulsión más enérgica, y “We ain´t going down” presenta en algunos pasajes hasta reminiscencias a unos U2 emparentados con Pearl Jam. Amplias sonoridades, en resumen, para un grupo in crescendo. Texto: Carlos Molina.



Tom's Cabin: “Tom's Cabin” (Arcadia)

El proyecto del joven canario Tomás Hernández ha entrado con fuerza entre lo mejor de 2013. Un pedazo de debut para aquellos que ansían degustar de discos con alma, que beben de sentimientos y transmiten sentimientos.

El álbum arranca con recogida luminosidad y unos preciosos destellos de guitarras. “Hummingbird Hawk-Moth” marca ya el camino de folk americano del que bebe en gran parte este trabajo, con esa voz tan marcada y unas atmósferas minimalistas, pero tremendamente evocadoras. “Doppelgänger” se presenta desgarrada, con una conseguida base rítmica y un poso de dolor marcado por un contundente final, acrecentado por un fragmento de El Cuervo leído por Christopher Lee. “Olivia” es intimista y desborda por su desnudez. Una de las canciones más pop del álbum, por utilizar este término y reflejar que hay más que folk en el disco (ese brutal cierre de la antes mencionada “Doppelgänger”, por ejemplo). “Liturgy” es también intimista, pero con mucha luz. Unas de las canciones más bonitas de este trabajo, sin duda. La luz da paso a lo más profundo con la de nuevo noqueadora “The Forest”. Un tema que duele y que alcanza el cénit en cuanto a juego de intensidades instrumentales y vocales. “Am I Your Son?” tiene un arranque casi litúrgico, para posteriormente apoyarse en el piano a la hora de esbozar su languidez. Nos dirigimos al final del álbum con “Song In My Head” y sus fantásticos arreglos de cuerdas. “The Brave” vuelve a brindarnos una de las mejores muestras de folk de tintes americanos que se están haciendo ahora mismo en España. Seguro que, por su energía, es uno de los temas más vividos en los directos. Fantásticas también las estructuras de “Wooden Boat”. El LP, de 10 temas, se cierra con una versión del tema “For Whom the Bell Tolls” de Metallica abrazado a la atmósfera folk creada por Tomás. Un primer largo redondo. Texto: Carlos Molina.



Cirilo: “Revolución” (autoeditado)

Joven pero sobradamente preparado. Tras dos largos (“Feliz” y “Caminante”), y un EP (“Tiempo”), Cirilo regresa al ruedo discográfico con un maravilloso EP, “Revolución”, de nuevo con aromas de pop británico, folk americano y rock alternativo de los 70, todo ello bajo la experta dirección de Nigel Walker.

“Revolución”, el corte que abre el EP de una manera lánguida para poco a poco tornar enérgico, estaría dentro de un rock fronterizo, aunque los coros femeninos también le aportan un dulce toque popero y el final un desgarrado tapiz de vals. ¡Gran apertura! Como grandes son los efectos guitarreros que inician la sentida “Te busqué”, muy orgánica y cruda y con destellos a lo Diego Vasallo. Una lenta y crítica “It´s All Right” cautiva y engancha… aunque aboga por vivir libres. De nuevo, con arquitectura americana y unos pedazo de luminosos coros. ¡Hasta veo un toque Loquillo por ahí! “Estaré solo” cierra un EP sobresaliente, y puestos a encontrar reminiscencias, podría llevar la firma de Bunbury. ¡Una gran manera de dejarnos con ganas de disfrutar su próximo tercer largo! Texto: Carlos Molina.

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