Julián Elsie: Pistolas y sentimientos a flor de piel (por Txema Mañeru)


Julián Elsie nació el año 69 en Badajoz, cerca de Portugal. Tras muchos años en este mundillo ha creado un estupendo debut en solitario titulado “Dig A Grave With Bare Hands” (Recordings From The Other Side / Everlasting Records). Este es un trabajo que bebe de la mejor música americana de raíces, con ecos a lo Howe Gelb y sus Giant Sand, Wovenhand y 16 Horsepower, Steve Wynn, Calexico, Tom Waits, pero también Serge Gainsbourg. Quisimos hablar con él sobre su trayectoria y acerca de este esperado y logrado debut.

Creo que empezaste a principios de los 90 con The Animal Crackers y con las miras puestas en bandas como Joy Divison o Sonic Youth.
Animal Crackers empezó siendo un proyecto de dos, (Gecko Turner y yo), sin más pretensiones que grabar unas canciones en estudio, nada más. Enseguida nos llamaron del sello propietario también del estudio, Jammin' Rcds, y nos hicieron la propuesta de firmar un contrato, con lo cual tuvimos que montar una banda en poco tiempo, ponernos a rescatar canciones del baúl y pasarlas por nuestra batidora particular. Yo, en esa época, me empapaba de todo lo que se hacía en Inglaterra, USA o Australia, after-punk, new wave y las primeras bandas que llevaban ya unos años haciendo ruido, Gecko estaba influenciado más por Dylan y la música afro-americana, de todo eso salió algo que ahora llaman música alternativa, pero que nosotros pensábamos que simplemente era rock.

Luego llegó Big Black Mariah. Sacaste un par de discos con Recordings From The Other Side / Everlasting. ¿Qué pasó para que este nuevo proyecto se viniera al garete?
Hacía un par de años que me había trasladado a Madrid y la banda se había disuelto, en parte por la distancia. BBM más bien fue un experimento, o una especie de homenaje que me apetecía rendir a bandas que adoraba, como Wire o Television. Fue algo extraño, como cuando Neil Young grabó el Trans, ese disco grabado con Vocoder a discreción. El primer disco que sacamos gustó mucho al sello, el segundo, menos. Quizás todo cayó por su propio peso.

Ya ha pasado tiempo desde dicha disolución. ¿Todo ese tiempo ha sido necesario para crear una intensa y madura obra como “Dig A Grave With Bare Hands” (RFTOS / PopStock!)?
Tuve que desconectar por cosas de la vida: hijos, un trabajo alienante en el que me pagaban todos los meses, etc...Desconecté de la música por un tiempo, aunque de vez en cuando solía hacer algún bolo suelto para quitarme el mono. Me dí cuenta de que no podía seguir así, que el alimento que realmente necesitaba era la música y que no podía/debía hacer otra cosa ajena a todo esto.
En ese periodo de tiempo estuve empapándome de otras músicas a las que nunca había prestado demasiada atención, pero que me acabaron por descubrir que era lo que realmente andaba buscando, casi sin darme cuenta. Todo el blues del delta, folklore centroeuropeo, chanson francesa... músicas básicas y sencillas que consiguieron abrirme los ojos y las orejas.
Sin perder de vista mis influencias anteriores, todo desembocó en estas 11 canciones.

¿Has podido hacer todo lo que sentías y todo lo que tenías dentro para sacar tan personal trabajo?
He intentado ser sincero, todo lo que me ha pasado en todo este tiempo está ahí reflejado. Lo bueno y lo malo.

Creo que prácticamente tú te has guisado todo y has tocado un sinfín de instrumentos. ¿Tan claro tenías lo que querías meter en este tan postergado trabajo?
Este disco, en un 90 por ciento está grabado en casa, en mi estudio, durante un par de años componiendo canciones sin presión. Es un sistema de trabajo que yo no me he impuesto, me sale solo, y estoy mucho más cómodo haciéndolo así. Tengo la suerte de saber tocar un poco algunos instrumentos y se me hace mucho más fácil. Siempre lo tengo muy claro, está todo en mi cabeza antes de que pase por mis dedos.

Me encanta la hoja promocional que te hizo un gran artista infravalorado como tú, que es Santi Campos, de Amigos Imaginarios. ¿Un honor?
No creo que se trate de estar infravalorados, creo que más bien no tenemos un buen booking y nos es difícil salir a flote por nuestra cuenta. Santi es un gran músico y excelente guitarrista. Te cuento que aprendió a tocar el lap-steel en mi casa en unos siete minutos.
Lo de la hoja de promo me pareció bien pedírselo a él después de una noche en la que explicaba a Ester (guitarrista y cantante de su banda), el tipo de música que yo hacía. Le bastaron dos minutos y unas cuantas palabras precisas. Siempre es un honor que un músico maldito le haga un favor a otro.

Llama la atención en tu lista de agradecimientos la presencia de muchas cineastas y escritores. ¿Son ellos quiénes te han inspirado más a lo hora de crear las historias de tus canciones?
Cuando hablo de influencias no me gusta hablar de bandas o artistas. La música la he mamado desde pequeñito, he nacido y crecido con ella y para mí es algo natural, como el comer, beber, caminar... Es mi manera de trasladar a los demás lo que quiero decir. Puede que tenga más influencias de otras cosas ajenas a la música que de esta misma, pero lo transmito con mis canciones.
Supongo que en la música tendrán algo que ver clásicos como Leonard Cohen, Tom Waits, Neil Young, Bob Dylan o Townes Van Zandt.
Todo eso está ahí, flotando, pero también están Barret, Ranaldo o Fripp.

En tu iconografía y la portada de tu disco hay muchas pistolas y cartucheras. ¿Es lo que tiene el haberte convertido en un francotirador?
Estéticamente me gustan, porque provocan todo tipo de emociones. Todo el que vea una pistola encima de una mesa no piensa lo mismo, pero tendrn alguna reacción emocional: algunos querrán tocarla y otros bajarán la vista, o saldrán llorando.

Me encanta el título de tu disco, “Dig A Grave With Bare Hands”. Lo mismo me sucede con títulos tan ilustrativos como “My Own Funeral”, “Loose End” o la estupenda “The Need To Kill” con sus deliciosas guitarras acústicas por el lado íntimo de Howe Gelb y Giant Sand. ¿De qué tratan las historias de tus canciones?
No quiero tener un concepto único al que agarrarme, espero a que surja algo, a cazarlo al vuelo. Supongo que todo tiene que ver con estados emocionales o de ánimo. Es posible que esto lo tenga que contestar la gente que escuche el disco. Un tipo me ha llegado a decir, todo emocionado, cuando bajaba del escenario: “Tío, esto es porno!”

Me ha llamado también la atención el cierre del trabajo con dos noctámbulas y tristes baladas como “Sweet Shivers” y “2 Years”. ¿Tenías muy claro como tenía que estar estructurado el trabajo? ¿Nos queda todavía algo de esperanza?
El proceso de selección de canciones no ha sido demasiado complicado. Aunque tuve que escoger entre muchas, me fue más o menos fácil hacerlo. Además, la producción venía prácticamente hecha de casa, bueno, el sonido global, más bien. Curiosamente, las canciones iban ordenadas por orden alfabético, por el tema informático, y prácticamente así se quedó. Jacobo Aguirre, el ingeniero que me ayudó con la producción las colocó así, y pensó que funcionaba. Y creo que tuvo razón.
La mayoría de la gente que ha escuchado el disco y luego ha hablado conmigo ha tenido una sensación más bien de bienestar que de desesperanza, excepto cierto locutor que me contó que después de la escucha se le había venido el mundo encima, o algo así, aunque creo que realmente tiene un grave problema que no sabría como enfocar.

¿Cómo estás presentando el trabajo? ¿Por tu cuenta o con una banda, con cuál? ¿Hay muchos conciertos, o está la cosa chunga?
Hemos hecho varios conciertos por Fnac, algunos con banda y otro en formato dúo, con dos guitarras. Después de la salida del disco este es el concierto de presentación, 6 meses después. No podía esperar demasiado tiempo más y, al estar moviéndolo solo, es difícil o casi imposible montar una gira. El tema de los conciertos está mal porque hay bandas que están pagando por tocar, y porque la mayoría de la gente que está al frente de ciertas salas está al margen de la calidad que pueden ofrecer, ciertamente se las trae al pairo. Esto es un círculo. Hay muchos conciertos, pero falta calidad, y la gente no es idiota.
Si no tienes una buena promo detrás es imposible mover una banda de cinco músicos para ir a 500 kms a entrada. Tienes dos opciones: pagar o quedarte en casa.

¿La gente se acerca en los conciertos a conseguir tus discos y charlar contigo? Lo digo porque parece que ahora la mayoría de músicos que se mueven por los números que puedes manejar tú, dicen que venden más discos en los conciertos que en las tiendas.
Hemos tocado muy poquito, y no te puedo decir. Ya prácticamente no hay tiendas, y los discos se han convertido en un consumible barato que se vende en supermercados donde vas a comprar el pescado o un destornillador, con lo cual es normal que se vendan más en los conciertos. Es el único sitio en donde se pueden ver, aunque no creo que se note demasiado en número, a no ser que hagas una buena gira.

Comentarios