Gari: La valiente apuesta de un veterano (por Manu González)


Apenas 24 horas después del concierto de Los Delinqüentes, fue el turno de todo un veterano como Gari. El legazpiarra, ante una sala con la mitad de su aforo lleno (a pesar de que era sábado y de que la entrada era gratuita) presentó una apuesta valiente. Minimalista, con dos guitarras y dos teclados como única compañía. Con las luces permanentemente jugando al antojo de un ordenador que, todo hay que decirlo, decidió colgarse poco antes del concierto. Cosas de la técnica, problemas del mundo moderno.

Eso hizo, seguramente, que ni el que fuera vocalista de Hertzainak ni Miguel Moyano, su acompañante, estuvieran del todo a gusto sobre el escenario. Pero es loable que un veterano como Gari apueste por un formato tan arriesgado. Es de suponer que lo más sencillo para él sería seguir tirando de una banda de rock and roll, eso que en Euskadi nunca dará dinero, y reavivar el recuerdo de la banda de la que formó parte.

Pero él va por otro camino. Su anterior disco, “Esperantzara kondenatua”, ya sentó las bases de su porvenir sonoro. Antes de una estancia en el Congo, dejó grabado “16 lore”, un recopilatorio en el que recuerda sus canciones más conocidas, tanto de Hertzainak como de su periplo en solitario. “Aitormena” o “Ta zer ez da berdin” suenan nuevas, frescas. Quizás alejadas del recuerdo que en su momento dejaron en el baúl sonoro de sus seguidores. Pero eso mismo, es digno de elogio su deseo de ir más allá, de darle una vuelta de tuerca a su repertorio. Por mucho que algunos de los que van a verle sigan esperando la descarga rockera de antaño. Como dijo aquel, el rock es una actitud.

Queda la duda de si un concierto como ese no hubiera encajado mejor en un teatro, por ejemplo. Esa sonoridad pretendidamente intimista parecía no casar demasiado bien al lado de una barra, con alguno que otro dándole la espalda al intérprete y hablando como si la música fuera sólo un ruido de fondo. Pero eso no es culpa de Gari. Quien firma estas lÌneas vio el concierto en un lateral, en la parte alta de la sala. Como si de un anfiteatro se tratara. Y lo disfruté. Por eso me queda esa incógnita en la cabeza. Lo que me queda claro es que Gari ha hecho una apuesta valiente, arriesgada, algo digno de mención cuando se trata de un veterano como él. Queda por ver cómo ser· su próxima colección de canciones, cuál ser· el camino a explorar.

(Manu González es autor del libro "Conversaciones de pop-rock", editado por Sepha).

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