Polar: "Nosotros siempre nos hemos considerado una banda de rock, por la actitud y por el sonido. ¿Hace falta más?"


“Fireflies in the Alley” es el nuevo largo de los valencianos Polar (foto de Vanessa Pardo), uno de los combos de rock indie más atractivos y longevos de nuestro país. Con este álbum dan el paso de Jabalina al sello Absolute Begginers, y vuelven a revelarse coomo uno de los grupos más interesantes del rock español. Hablamos con Jesús Sáez de la trayectoria de la banda hasta hoy, y de lo que supone este trabajo en su carrera.

Antes de entrar a analizar vuestro último largo, querría aprovechar que es la primera vez que os entrevistamos para comentar algunos pasajes de vuestra trayectoria hasta el momento. ¿Cómo valoráis los más de 10 años transcurridos entre la edición de vuestro primer LP y este “Fireflies in the Alley”?
Bueno, “Ultrafreezing” salió en 1995 y la verdad es que ha llovido mucho desde entonces. Siempre hemos entendido que la historia de Polar ha sido un reflejo de la de sus propios integrantes: personas normales, gente trabajadora que va abordando la dureza de la madurez, de las responsabilidades, de la muerte de los sueños con la fuerza y la ilusión de quien cree que surgen nuevos caminos. Obviamente, anímica y vitalmente ha habido puntos altos y bajos, y eso ha tenido sus apariciones correspondientes en la música de Polar. Para todos nosotros la música es una necesidad vital, y estos 16 años de Polar han sido reflejo de otros tantos años de nuestra vida, de lo que emocionalmente la música supone para nosotros. Así lo entendemos, y así lo vivimos.

¿Cuáles creéis que son los momentos más destacados de vuestra carrera?
Supongo que dependerá de opiniones. Casi siempre están asociados a directos. Obviamente, leer buenas críticas o ver tu disco en las listas, votaciones del público, etc, es algo reconfortante, pero no tiene nada que ver con lo que se siente encima de un escenario. Las actuaciones en el FIB han sido siempre algo muy especial, incluida (y puede que especialmente) la que hicimos con el espectáculo audiovisual “El sueño de Gil Shepherd”; un proyecto en el que mezclamos cine y música, con una pantalla gigante, cuerdas… algunos de mis mejores momentos están asociados a esas actuaciones, especialmente la del Festival de Cine de Gijón y la del FIB. El concierto que dimos para presentar “Comes with a smile” en Black Note (Valencia) fue fantástico, acabó alargándose casi hasta las dos horas, la actuación en el Tanned Tin de Santander, la fiesta del Telescopio en la que se subieron a tocar con nosotros Tan Low y Audience; y el que puede que haya sido nuestro mejor concierto, en Sugarpop (Granada), un domingo, delante de 12 personas. Somos así, nos crecemos en las situaciones adversas.

Vuestra carrera ha estado muy ligada al sello Jabalina. ¿Cómo resumiríais vuestra experiencia en él, y qué os llevó a dar el salto a Absolute Beginners?
Jabalina fue el sello que nos ayudó a crecer, a hacer que nuestra música llegara a más sitios, a entender la industria discográfica desde un punto de vista totalmente artesanal y pasional. Pero, como todas las cosas que ocurren en la vida, da la sensación que la fórmula ya no guarda secretos y sientes que tienes que probar otras cosas, ver otras maneras de entender la música (sobre todo con lo que ha cambiado la industria musical en los últimos años) y en ese aspecto nos pareció muy atractiva la propuesta de Absolute Beginners.

Hace unos años comentabais en una entrevista en la web de Muzikalia que a la hora de definiros os gustaba comentar que sois un grupo de rock, sin más etiquetas o epígrafes. Actualmente, ¿mantendríais esta definición para vuestro sonido, o añadiríais alguna cosa más?
Hoy más que nunca. Los aditivos solo son para aquellos que necesitan definirse (o para los que trabajan haciéndolo, claro). Pero nosotros siempre nos hemos considerado una banda de rock, por la actitud y por el sonido. ¿Hace falta más?

Vamos ya con el disco en sí. Un álbum en el que subrayáis vuestras señas de identidad: mimadas melodías y desarrollos, cuidados efectos y ritmos, y que comunica tanto a nivel musical como vocal. ¿Os costó mucho desarrollarlo? ¿Cuánto tiempo habéis invertido en su gestación?
Es curioso, porque aunque “Fireflies in the alley” ha sido el disco que más espacio temporal nos ha llevado con respecto a nuestro anterior álbum de estudio (cuatro años con “Surrounded by happiness”), mientras tanto hicimos una banda sonora para una película (“De espaldas al mar”) y sacamos “Feedback”, el disco de versiones con el documental “Polar:Home”, así que de algún modo no hemos dejado de estar ocupados, también, como no, tocando. Cuando llegamos dos meses antes de meternos a grabar “Fireflies in the Alley” apenas teníamos cuatro o cinco canciones, así que buena parte del proceso tuvo lugar en un espacio de tiempo bastante corto. De hecho, creo que es el disco que menos claro teníamos cómo iba a ser cuando llegamos al estudio de Paco Loco. Muy significativo fue el momento, antes de subirnos a la furgoneta para emprender el camino de vuelta desde Puerto de Santa María, en que Paco nos dio un CD con la mezcla. Justo en ese momento, al ponerlo en el coche, nos dimos cuenta de lo que nos había salido. Todos nos miramos pensando que lo que habíamos conseguido era algo especial, porque no había manera de quitarnos la cara de sorpresa de las caras: el sonido, las canciones, la secuenciación… todo parecía funcionar perfectamente.

Del mismo modo, ¿qué novedades pensáis que aporta este “Fireflies in the Alley” con respecto a vuestros anteriores trabajos?
Creo que es un importante paso adelante con respecto a “Surrounded by happiness”. El sonido es más crudo, eléctrico e intenso pero, sobre todo, creo que hemos dado el primer paso de cara a abrir el concepto que nosotros mismos teníamos de nuestro sonido. Hemos abierto puertas, hemos dejado entrar otros estilos y nos hemos sentido más libres componiendo. Probablemente esto haya ocurrido precisamente por la poca planificación que llevábamos para este álbum, y la mentalidad convencida de que teníamos que comenzar a dejar infectarnos por otras cosas, por otras personas, por otros sonidos, pero sin traicionar nuestra propia esencia (ahí creo que está el verdadero mérito).

El exquisito cuidado de los temas se demuestra en tres primeros cortes casi enlazados, con unos hipnóticos punteos en “The Hunting Bird” y el crescendo de “Your Song”. Momentos lánguidos y contundentes se abrazan de una manera tan natural que sólo cabe aplaudiros.
Muchas gracias. La verdad es que los cambios de dinámica e intensidad es algo muy habitual en nuestra carrera, pero en este disco funcionan mejor que nunca. Hay una mayor agilidad en la escucha, parece que hemos encontrado un orden adecuado, un equilibrio en el que ha cabido todo lo que queríamos meter.

Del mismo modo, los cortes enganchan desde un principio, aunque si he de ser sincero tengo una especial predilección por dos de ellos: “Goin´ Elsewhere”, con su coqueteo americana, y el brillante “The Boxer Part I”. Una pasada. Bueno, “Goin’ Elsewhere” no es nuestro primer coqueteo con la americana (“Pat Garret & Billy The Kid” o “The Band”, entre otros, ya lo habían hecho antes) pero probablemente es en la que mejor nos hemos reflejado dentro de ese estilo, lo pausado y cristalino de su inicio, esa parte instrumental en el que el bajo y la guitarra hacen armonías simultáneamente, y ese momento de explosión… Además es una canción que creció mucho en el estudio, el lap-steel de Paco Loco y sobre todo los coros de Gary Louris le dieron un impulso a la canción. Es una de las que más nos sorprendió en su resultado final. Por su parte, “The Boxer, Pt. 1” fue una de las canciones que nos salió a lo largo de la gira de “Surrounded by happiness”, y es una de las primeras que planteó un desafío para nosotros. Tiene un sonido extraño, ese compás cortado, una guitarra y el bajo a la mitad de velocidad que la batería y la otra guitarra… todo eso crea una amalgama extraña que explota a mitad de canción. Es una de esas canciones que cuando la estás sacando te entrega a una sensación de euforia total, y cuando descargas toda su intensidad en directo, sientes un placer descomunal.

La producción del disco ha corrido a cargo del prolífico Paco Loco. ¿Cómo ha sido la grabación con él, y qué destacaríais de su faceta como productor?
Ha sido tremendamente divertida. Y toda una experiencia. Cuando fuimos a grabar con él, teníamos muchas razones: los grupos a los que ha grabado y cómo lo ha hecho, sus propios grupos, y especialmente, las posibilidades que ofrece su estudio. Estar una semana encerrados en un estudio pensando únicamente en el disco era una experiencia que todavía no habíamos probado y que, sin duda, ha sido muy interesante. Como productor, destacaría especialmente la facilidad que tiene para calar al grupo y saber qué es lo que quiere, y la imaginación que tiene para proponer arreglos y añadidos a las canciones. Por no hablar de su incansable pasión por polemizar (risas).

¿Cómo vais a estructurar la gira de presentación del disco? ¿Qué temas antiguos vais a rescatar para el repertorio de la gira?
De momento vamos a hacer unos cuantos conciertos antes de verano, aunque el grueso probablemente llegue a partir de septiembre. También es cierto que un grupo como el nuestro es un poco imprevisible en lo que a la cantidad de directos se refiere.
Eso sí, después de 16 años de carrera, nos hemos propuesto rescatar algunos temas antiguos que hace mucho tiempo que no tocamos, como “Nothing left to say”, “It’s so cold outside”, “Don’t want to be alone tonight”, “Surf Song” y más.

¿Cuáles son vuestras bandas y artistas favoritos de todos los tiempos, y qué grupos y discos estáis escuchando ahora mismo?
Esas preguntas siempre tienen respuestas tramposas y ésta no lo va a ser menos. Y no porque intente serlo, sino porque si me lo preguntases dentro de seis meses cambiarían los nombres. Grupos favoritos de siempre: The Velvet Underground, por supuesto, Bedhead, Galaxie 500, Low, Sonic Youth, Yo la tengo, Joy Division… y ahora mismo nos gustan bandas como Fanfarlo, Beach House o Built to Spill (bueno, estos ya llevan unos cuantos años, pero el nuevo disco es muy bueno).

Del mismo modo, ¿qué otras bandas y artistas valencianos os gustaría recomendarnos? ¿Cómo contempláis la escena rockera de Valencia?
La escena valenciana está en un momento increíble. Hay una cantidad tan grande de bandas interesantes, que llevamos tres años seguidos sacando el recopilatorio “Mundo submarino”, uno cada año con unos veinte grupos sin disco en la calle (es decir, que ya vamos por los sesenta), y todavía se quedan unos cuantos en el tintero. El problema es la famosa cantinela de siempre: en Valencia no hay una infraestructura suficiente para que esos grupos tenga un eco más fuerte a nivel nacional; faltan medios especializados y discográficos con intenciones reales de trascender más allá de la escena local. Al menos sí que hay salas para tocar. Pero todo ello se enfrenta al mismo muro: los medios críticos, especializados y publicitarios, los más importantes, se encuentran en Madrid y Barcelona, y se suelen autoabastecer con lo de allí.
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