Patti Smith & Her Band: "El concierto del verano" (Por Txema Mañeru)

Velada histórica la presenciada en la sala de usos múltiples (conciertos, discoteca, restaurante, bailes de salón) Santana 27 (www.santana27.com). El público estaba entregado antes de salir a escena la dama de 62 años, Patti Smith, excelentemente respaldada por un magnífico y versátil cuarteto.

Enseguida se apreció su magnetismo para el público. También como su rock’n’roll se pasea por todos los estilos y las épocas de la música. Inició su exhibición con un par de temas con cierta cadencia reggae, “Kimberly” y la estupenda “Redondo beach”, con recuerdos a la mejor new wave. Para la tercera echo mano de su último disco de versiones y vaciló con el “Are you experienced?” de Jimi Hendrix con guitarras desbocadas de rock psicodélico de los 60 y su clarinete con aroma a free-jazz. Parecía que iba a ser algo histórico, pero la ajada y castigada voz de Patti quizás no lo permitió. También el hecho de abusar de temas ajenos cuando tiene repertorio de sobra.

A pesar de eso, quedó muy lograda la versión de Nirvana y la estupenda “Helpless” de Neil Young, en los bises, cuya música amenizó el pre y el post concierto. Su lugarteniente de siempre, Lenny Kaye, también se despacho a gusto con su amor por las joyas psicodélicas de los 60 (es el creador de los maravillosos recopilatorios de dicha época, “Nuggets”) con sendas versiones del “Pushin’ too hard” de los Seeds de Sky Saxon y el “For your love” de Yardbirds. Pero los momentos culminantes fueron siempre protagonizados por las gemas clásicas de Patti.

Un estupendo “Because the night” (compuesta a medias con Bruce Springsteen), una reivindicativa “People have the power”, una hipnótica y preciosa “Dancing barefoot” y una arrolladora y punkie “Rock N Roll Nigger” que encendió al que todavía no lo estaba. Todo con una imagen de cercanía y accesibilidad a la que no estamos acostumbrados en las grandes estrellas (sin vallas separadoras y tendiendo manos). Tony Sanan brilló con teclas y voces (además de tocar bajo y guitarra). Su hijo, Jackson Smith, demostró ser un espléndido guitarrista muy influido por el gran Tom Verlaine de Televisión que ha estado con la banda en los últimos años. La batería de Daugherty fue un excelente pulmón para la banda y Lenny brilló con rítmica y solista.

Patti arrancó las cuerdas de su guitarra eléctrica una a una en un gran crescendo final en la furiosa y a ratos punk “Rock N Roll Nigger” y todo quedó listo para un par de bises con el inevitable final con la mítica “Gloria” de Van Morrison (en su época en Them) que ya incluyó en su genial debut del 75, “Horses”, con la producción de John Cale (The Velvet Underground). Otro bis con temas propios de la garra de “Free money”, “Ask the angels” o “Pissing in a river” nos haría hablar del concierto del año, pero aún sin eso fue toda una gozada que no empañó la afonía de una entregada y simpática Patti Smith con camiseta rota y vaqueros. Demostró la grandeza de su figura y porque ingresó hace 4 años con todo merecimiento en el Olimpo del rock que es el Rock and Roll Hall of Fame. ¡Yo lo pasé en grande y también la gente que partió con una gran sonrisa en sus bocas como la que no se cansó de exhibir ese gran mujer, poetisa, luchadora y música.

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