Texto: Txema Mañeru.
Los que leéis habitualmente Orpheo ya sabéis que de vez en cuando nos gusta darnos un buen repaso a algunos de los guapos discos del sello Kasba Music, con su especial predisposición hacia el llamado Mestizaje o la world music. En los últimos tiempos nos han encantado, por ejemplo, “La Vida Crida”, el magnífico y más relajado debut en solitario de Carlitos Miñarro, quien fuera líder de Naraina, otros habituales del sello. También tiene auténtico sabor el “Mojo” de Santo Machango. Una buena reválidad de rock, funk y hip-hop a lo Red Hot Chili Peppers. Ya de este mismo año es el debut del que fuera miembro de los legendarios en Cataluña, Dusminguet. En “Elements”, Showarma I Els Falafels nos ofrecen una variada mezcla de estilos llena de elegancia y saber hacer. Si pasas ya por www.kasbamusic.com tendrás ya unas cuantas sorpresas más.
Pero ahora queremos extendernos con el tercer disco del murciano Muerdo, que llama la atención desde su colorista portada con la inconfundible firma del gran Ricardo Cavolo. Pero vuelve a llamar más aún la atención el colorido de su música sin fronteras y sin barreras estilísticas de ningún tipo. ¡Esto es el mestizaje total y su sabrosura es grande! No entiendo cómo Macaco puede ser tan popular en el mundillo mainstream y un pedazo de artista y cantante como Muerdo, con tantos puntos en común, pasa tan desapercibido, al menos para el gran público.
Se ha vuelto a reunir de las mejores compañías posibles para soplarnos este “Viento Sur” al mismo tiempo tan propio y tan universal. Un “Viento Sur” que tiene un inicio buscando el Dial mundial al estilo de Manu Chao. Un Dial que cambia constantemente y sintoniza con emisoras de muchos rincones del mundo que pinchan canción de autor, reggae, flamenco, hip hop, son, brass bands, funk, ska, chacarera u otros ritmos latinos. Ya en ‘Claridad’ se aprecia con claridad ese toque a lo Macaco y como suena pausado entre los sonidos latinos y el reggae. En ‘La canción de la carretera’ el ritmo es de vivo ska, pero el acordeón y los vientos suenan suaves como la brisa. En ‘Canto pal que está despierto’ destaca la trompeta de Jaume Tornell y la voz del gran Mario Benedetti dentro de un tono de bolero. En ‘Luz natural’ tenemos la colaboración vocal de El Kanka y un sonido entre las brass bands y crooners de hoy como el estupendo Zenet. Las inflexiones vocales a lo Macaco regresan en la festiva ‘No me quieras mal’ o en el precioso lento, ‘Sendero de paso lento’. Los aromas latinos regresan con el charango de El Jose en ‘Lejos de la ciudad’. En ‘Sonidos’ tenemos una de las cumbres del disco en todos los sentidos. Suena rítmico y bailable cantándonos “…desde la Murcia tropical buscando sonidos de todas las partes del mundo mi tribu rebelde se expande consciente”. Luego destacan las brillantes percusiones de su habitual, el argentino Martin Bruhn, y el estupendo y sentido rapeado de Dani Aguilera. Otra gozada internacional, multicultural y transoceánica es ‘Paisaje submarino’ con la gran voz de la chilena Pascuala Ilabaca, el clarinete de Razzouk y las palmas con sentir flamenco. Pero todavía tiene más ganas de pelea y lo demuestra con la final ‘Gallo negro gallo rojo’, con su sublime sonido fronterizo y la guitarra slide que remite a Calexico o Ry Cooder. Pero aún nos guarda una propina escondida más como es el remix que DJ Panko, que estuvo en Ojos de Brujo, hace con ‘Claridad’. ¡Ha quedado una vez más muy claro por qué Paskual Kantero (Muerdo) se inició o trabajó con artistas tan dispares y tan brillantes como Amparo Sánchez, Luis Eduardo Aute, Pedro Guerra, Lichis o Perotá Chingó! ¡Qué siga viajando y tocando por todo el mundo y siga mostrándonos sus ahora propias enseñanzas!
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