Tom's Cabin: “el folk es un género al que me siento muy próximo en este momento”



Texto: Carlos Molina.

Uno de los álbunes de 2013 tiene nombre propio: Tom's Cabin, o lo que es lo mismo, el proyecto personal del joven canario Tomás Hernández. Grandes canciones engalanadas de atmósferas folk para un trabajo con una madurez inusitada y un peso de gran calado.

Discazo. Vaya debut te has currado. Entra como un tiro, atrapando por su atmósfera americana. Y muy maduro y rodado, pese a tu juventud (22 años). Lo primero es lo primero. ¿Cuándo comenzaste a componer tus primeros temas en tu Tenerife natal, y cuáles fueron los discos y bandas y artistas que marcaron tu adolescencia?


Empecé a componer temas desde bastante joven, aunque me frustraba el hecho de que no sonaran como yo quería y no tardaba en desecharlos. El primer tema del que me sentí medianamente orgulloso lo escribí en 2010, año del que también datan algunas canciones del disco.

Mi adolescencia estuvo marcada por bandas como U2, Metallica, Led Zeppelin, Deep Purple, The Beatles, entre muchas otras. Las ganas de cantar me entraron cuando descubrí a Johnny Cash, y se acrecentaron con Jeff Buckley.

En este trabajo, y en tu carrera musical en los últimos años, se antoja muy importante el papel del productor y compositor Pablo Cebrián. ¿Qué consideras que es lo que más ha aportado a tu sonido y a tu proyecto como Tom’s Cabin?

Pablo era un referente para mí cuando tocaba con Fábula, y el hecho de que un músico al que admiraba se interesara por mi trabajo fue una motivación increíble para tomarme en serio lo de escribir canciones. A mi sonido le ha aportado muchas cosas, entre ellas solidez y claridad.

La grabación del álbum se extendió a lo largo de varios meses en los estudios de Arcadia Music durante el verano de 2012. Se nota en el cuidado y la ambientación tan marcada de los cortes, algunos de los cuales tenían ya dos años de vida a la hora de entrar al estudio. ¿Cómo viviste el proceso tan prolongado de gestación y grabación del álbum?

Todo ha ocurrido de forma pausada, aunque lo he vivido como algo natural: los temas tenían que ser lo suficientemente buenos, el sello (Arcadia) tenía que estar listo y teníamos que disponer del tiempo para grabar. Tengo el buen sabor de boca de que todo ha ido ocurriendo a su debido tiempo.

El mimo de la producción no se centra solo en los instrumentos, sino también en el tratamiento de la voz. Una voz que suena muy madura, y expresiva. Imagino que será uno de los aspectos de los que más orgulloso estarás de este trabajo.

Se ha puesto especial atención en la voz, indudablemente, aunque no he pensado en si me siento ‘orgulloso’ o no. Es un esfuerzo escucharse cantar desde fuera, y no sé si es posible hacerlo con objetividad.



Creo que una de las mejores cosas que se puede decir de un disco es que tiene alma, bebe de sentimientos y transmite sentimientos. Es el caso de tu debut. El álbum arranca con recogida luminosidad y unos preciosos destellos de guitarras. “Hummingbird Hawk-Moth” marca ya el camino de folk americano del que bebe en gran parte este trabajo, con esa voz tan marcada y unas atmósferas minimalistas pero tremendamente evocadoras. “Doppelgänger” se presenta desgarrada, con una conseguida base rítmica y un poso de dolor marcado por un contundente final. ¿A qué obra pertenece el pasaje sonoro que contiene?

Pertenece a El cuervo, de Edgar Allan Poe. Es el fragmento final de un audiolibro leído por Christopher Lee.

“Olivia” es intimista y desborda por su desnudez. Una de las canciones más pop del álbum, por utilizar este término y reflejar que hay más que folk en el disco (ese brutal cierre de la antes mencionada “Doppelgänger”, por ejemplo). ¿Cómo te gustaría que la gente se acercara a tu propuesta? ¿Entiendes que las primeras reseñas apunten al lado folk del disco, o te gustaría que se percibiera que te mueves en un campo más grande, o al menos muy grande dentro de esta corriente?

Es cierto que los temas se mueven en un campo amplio, en gran medida porque son resultado de más de dos años de composición. Sin embargo, el folk es un género al que me siento muy próximo en este momento, con lo que no me disgusta la etiqueta.

“Liturgy” es también intimista, pero con mucha luz. Unas de las canciones más bonitas del disco, sin duda. La luz da paso a lo más profundo con la de nuevo noqueadora “The Forest”. Un tema que duele y que alcanza el cénit en cuanto a juego de intensidades instrumentales y vocales. “Am I Your Son?” tiene un arranque casi litúrgico, para posteriormente apoyarse en el piano a la hora de esbozar su languidez. De nuevo, uno de los cortes más bellos del álbum, con su cautivador final. ¿Tienes alguna pieza favorita entre las 10 que componen este disco?

Me cuesta elegir, aunque creo que me quedaría con ‘Liturgy’, me parece el tema más redondo.

Nos dirigimos al final del álbum con “Song In My Head”, y sus fantásticos arreglos de cuerdas. Si tiene reminiscencias poperas, “The Brave” vuelve a brindarnos una de las mejores muestras de folk de tintes americanos que se están haciendo ahora mismo en España. Seguro que, por su energía, es uno de los temas más vividos en los directos. Fantásticas también las estructuras de “Wooden Boat”. Imagino que tu sensación tras escuchar por primera vez el disco mezclado y el gran resultado sería de una enorme satisfacción.

Fue satisfactorio, sin duda… Tanto Pablo como yo hemos invertido mucho tiempo y energía en este trabajo, y verlo tomar forma poco a poco ha sido muy gratificante.

El LP, de 10 temas, se cierra con una versión del tema “For Whom the Bell Tolls” de Metallica abrazado a tu personalidad folk y que, a mi juicio, alcanza el sobresaliente. ¿Qué fue lo que te enganchó de esta canción y lo que te llevó a revisionarla?

Quería incluir una versión en directo de un tema que no tuviera nada que ver con mi música, y pensé en algo de Metallica. Me decanté por ‘For Whom the Bell Tolls’ porque, si bien es un tema de trash metal, tiene una cadencia lenta que me permitía adaptarlo a mi estilo. Nos gustó tanto que finalmente terminamos por grabarlo para el disco.

A mediados de septiembre presentaste este trabajo en la sala Búho Real de Madrid. ¿Qué nos puedes destacar de los bolos ofrecidos a lo largo de este año?

El primero que dimos en Madrid (en El Intruso) como presentación del sello fue muy especial, lo disfruté muchísimo. El BluesCazorla fue, a pesar de los problemas técnicos, una experiencia muy enriquecedora… ¡es increíble el ambiente que el festival genera en la ciudad!

¿Cuál es la banda que te acompaña en los directos? Tu disco plantea juegos de intensidades, de sonidos, de estados de ánimo… ¿cómo está respondiendo la gente en los conciertos ante unas canciones tan ricas en matices como éstas?

El formato más grande que tenemos es de cinco músicos, aunque en función de la disponibilidad de cada uno y del espacio donde toquemos la formación varía. La gente ha respondido de forma increíble hasta la fecha, y espero ser capaz de conectar cada vez más.

Del mismo modo, ¿cómo tienes conformado tu set-list para los directos? ¿Hay espacio para alguna otra versión en el mismo, además del tema de Metallica, a la hora de ampliar el repertorio?

Solemos tocar todas las canciones del disco y completamos el repertorio con versiones, según nos vaya apeteciendo. La última que hemos incluido ha sido un tema de Ben Howard, ‘Old Pine’.

¿Tienes ya en mente la preparación de la reválida de este “Tom's Cabin”, o ahora mismo tu propósito es disfrutar lo máximo posible de la promoción y la presentación en directo de este trabajo?

Por lo pronto estoy centrado en disfrutar de este trabajo… Seguiré componiendo temas mientras tanto, con vistas por supuesto a volver a grabar.

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