Texto: Carlos Molina.
Hace un par de años hablábamos con Judith Mateo acerca de su álbum de versiones “Celebration Days”, en el que acometía un atrevido acercamiento a varios nombres clásicos del rock: los Rollin, AC/DC, U2, Muse… Bromeaba diciendo que habían quedado fuera del disco varios covers y que igual tendría que ponerse a trabajar en un “Celebration Days 2”.
Pues bien, éste, o al menos un disco muy parecido, acaba de salir bajo el nombre de “Rock is my Life”. 10 canciones que una vez más beben de grandes nombres (Deep Purple, Lynyrd Skynyrd, Lou Reed), abrazando también el metal (Metallica) o el punk-rock (Green Day).
De nuevo bajo una arquitectura celta y folk, armada de su violín y acompañada en la producción por Adrián Schinoff y Santiago Roqué, la joven artista acomete con una mayor crudeza y más desparpajo si cabe grandes canciones como ‘Smoke on the Water’, las oníricas ‘Walk on the Wild Side’ (con un toque a lo U2) y ‘Nothing Else Matter’ -quizás los mejores momentos del álbum- o la icónica ‘Thunder’. Y saliendo siempre airosa del reto.
Confiere una gran belleza a ‘More than a Feeling’ de Boston y asombra al casar tan bien el vigor punk ‘Basket Case’ con el acercamiento folkie y electrónico acelerado. Aderezos electrónicos también presentes en una briosa ‘Sweet Home Alabama’, con un gran tratamiento de las guitarras. Una bailona ‘Cotton Eye Joe’ nos acerca al cierre del disco. Y qué cierre, nada más y nada menos que con el señalado ‘Walk on the Wild Side’.
A diferencia del álbum anterior, todo instrumental, en éste también hay una adaptación al castellano de la letra de esa joyita que es ‘Rock is my Life’, de Bachman/Turner y voces en la antes citada ‘More than a Feeling’.
Una propuesta, como fue “Celebration Days”, diferente, que a buen seguro alcanzará aún más quilates en su presentación en directo.
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