Texto: Txema Mañeru.
¡No me extraña en absoluto que este joven cantante y compositor de Dallas haya logrado tan pronto dos hitos muy importantes para su trayectoria! Por un lado con este tercer, más completo y personal trabajo ha llegado al prestigioso sello de “Americana”, Loose Music. Por otro lado ha logrado afianzarse como un artista consolidado en la meca de este tipo de sonidos, Nashville.
Comenzó en la década actual y pronto le llovieron comparaciones con Guy Clark o Mickey Newbury, lo que supongo sería un motivo de orgullo para él. Bueno, debiera serlo para cualquier joven que practique música americana de raíces. Debutó en 2012 con “Worried Man” y gracias a él comenzó a abrir actuaciones para artistas más consagrados en su onda como Shovels & Rope o Caitlin Rose. Hace 2 años publicó “All These Dreams” y siguieron las justas comparaciones con el bueno de Guy Clark.
Ahora nos trae su disco más trabajado y más cargado de arreglos, un completo “Canyons Of My Dreams “(Loose Music / Popstock!) con la rica y sabia producción de Skylar Wilson y Jordan Lehning que han trabajado con más nombres cercanos a Combs como Caitlin Rose, Justin Townes Earle o Rodney Crowell. Ambos, con el consentimiento de Combs, claro, han decidido vestir más las canciones del nuevo disco y los resultados han sido realmente espectaculares.
Y espectacularmente arranca el nuevo disco con un poderoso country-rock eléctrico como ‘Heart of wonder’. Gran melodía, pegadizo estribillo y esos característicos, en este disco, arreglos de cuerda. Más sencillo, como en sus anteriores discos, suena ‘Sleepwalker’ con otra melodía y guitarras acústicas con lo que así destaca más la buena voz de Andrew. Todavía se nos muestra más desnudo en ‘Dirty rain’ en la que emociona como Ben Waever o Will Oldham a pelo. Incluso vienen a la mente nombres más veteranos como los de Don McLean o James Taylor. Además luego entra el piano, esas cuerdas majestuosas y la lap steel guitar meciéndote. Esa guapa lap steel, las cuerdas y el aire melancólico remite incluso al pop de Nilsson en el cierre de la cara A con ‘Rose colored blues’.
La cara B se abre con ‘Better way’ con otro estribillo pegadizo y pop, y destacadas guitarras eléctricas y vistosas cuerdas, una vez más. Regresa l espíritu melancólico y evocativo del mejor Nilsson en ‘Lauralee’. En este bonito tema también puedes acordarte de Murray Head y hasta de Randy Newman. Además el precioso puente melódico tiene destellos del mismísimo Jackson Browne. El disco vuelve a finalizar con guitarras eléctricas incandescentes en ‘Bourgeois King’. También tiene unos presentes teclados y atractivas subidas y bajadas con un gran crescendo final que seguro que hacen de él un apetecible tema en directo. Pero aún queda para finalizar un precioso vals ralentizado como ‘What it means to you’ al estilo del más añorado Gram Parsons y con unos preciosos fraseos al piano. ¡Un gran disco de un gran músico que se puede abrir camino en este excesivamente transitado estilo musical!
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