Lucía Scansetti: "Las maquetas de 'Dimensions of Dialogue' eran más oscuras y etéreas"


Texto: Carlos Molina.

Atentos, muy atentos al nombre de esta joven artista, si es que aún no la conoces, capaz de crear composiciones que llegan de forma increíble al corazón y al alma. Que su juventud no te engañe porque lleva tres años dejándose la piel en decenas de salas y locales. Un aprendizaje que ha transportado a un EP, “Dimensions of Dialogue”, simplemente maravilloso.

Echemos la vista atrás y conozcamos un poco tus pasos antes de lanzar este EP, “Dimensions of Dialogue”. ¿Cuándo comienzas a sentir el cosquilleo de no ser mera oyente de música, sino de crear tus propias composiciones?


Creo que de haber sido sólo oyente no me habría planteado nunca crear algo mío. De lo que me cansé fue de interpretar canciones que hablaban de cosas que no me habían pa-sado a mí. Fue a los 18 años.

¿Cuáles son los primeros discos, artistas y bandas que recuerdes que te engancharan de pequeña?

El primer grupo que recuerdo es The Corrs, mi padre lo escuchaba compulsivamente. Si se le ocurría cambiar de disco, ya me encargaba yo de avisar de que se había equivoca-do. Luego vino la fiebre de las Spice Girls de la que nadie se libró, después descubrí a Madonna. También me gustó mucho Paulina Rubio, pero de esto hablaré otro día o nunca.

¿Y tu primera actuación ante público, cuándo fue y cómo resultó?

Fue en la graduación del instituto, por casualidad milagrosa. Más que una actuación magistral, recuerdo no ponerme nerviosa, y me sorprendió mucho porque de mi timidez enfermiza sólo esperaba desmayarme o morirme, pero tuve una sensación de familiari-dad muy extraña. Me enganchó eso y los dibujitos que se te forman en la cabeza cuando te deslumbra un foco.

Antes de lanzarte a esta aventura, ¿colaboraste de algún modo con alguna banda o proyecto musical?

Toqué el teclado en la banda del hermano de mi mejor amigo. Fue un larguísimo proyecto de un día.

Tu primer EP ha salido después de una importante acogida en MyMajorCompany. Hablamos de más de 6.000 euros recaudados. Imagino que tener un apoyo así da aún más alas a la hora de afrontar los primeros envites de una carrera.

Bueno, antes de lanzar la campaña ya llevaba tres años tocando mucho por todas partes, siempre con 20 kilos de teclado a cuestas. Supongo que es porque soy joven e impacien-te que tres años me parecen un montón, pero el tiempo pesa y pasa más despacio cuando te implicas tanto en algo que da esta sensación de inestabilidad constante.

No todo está tan limpio como en la portada de un disco, ni hacer sesenta bolos al año significa que no vayas a tocar para 20 personas que te ignoran activamente, pero sí sig-nifica pasar 30 fines de semana lejos de casa. Es algo que desgasta mucho, tienes que “necesitarlo” para poder hacerlo sabiendo que en el mejor de los casos, cada vez va a ir a más.

Por supuesto, el apoyo que recibimos en el crowdfunding nos ha permitido hacer frente a la grabación del disco. Que quien te escucha se involucre así en el proyecto es, por un lado, la prueba de que se ha valorado todo el trabajo que ha habido detrás de lo que es-taba mostrando, y por otro, un voto de confianza para que pueda seguir haciéndolo.


Carrera en la que te acompañan como músicos, además de haberlo hecho en la grabación, Alejandro Hernanz (guitarra) y Alejandro Moreno-Corz (percusión). ¿Qué es lo que más resaltarías de ellos en cuanto a su talento musical?

No sólo son capaces de tocar cualquier cosa, mejoran todo lo que tocan.

Vayamos con el EP en sí, que arranca con una ‘Dare’ que ya da muestras del carácter bello y recogido del disco. Tema tan hermoso como etéreo e hipnótico. Uno de los mejores junto a una ‘Fools’ de la que me encanta cómo juega con los tempos y el trabajo de las guitarras y la percusión, al igual que en la cautivadora ‘Basal Flame’. O la lánguida ‘Braveyard’ que podría ser la música de cualquiera de esas cajitas de las que, al abrirla, salía una bailarina. Sin olvidar la atractiva tonalidad de ‘Haunt’, su coqueto estribillo y su álgido desenlace, que contrasta con la pesadumbre de una sobrecogedora ‘Elvis’. Un trabajo que suena cercano, como si pro-cedierais a situaros en el salón de cada uno de los oyentes para cantarle las canciones casi al oído. ¿Esa atmósfera la tenías en la cabeza desde un comienzo? ¿Hasta qué punto se acerca el sonido final del EP con respecto al que tenías en la cabeza antes de entrar al estudio de grabación?

En mi cabeza, el salón del que hablas era más bien una cueva. El disco entero está compuesto en una habitación muy pequeña y sin luz, yo creo que todo lo que se siente en el momento de escribir una canción influye en el sonido final, aunque sean sensaciones ajenas a lo que estés contando explícitamente. Mis maquetas eran mucho más “oscuras” y etéreas. Cuando juego a producir me gusta que no se sepa qué suena exactamente ni de dónde viene, pero supongo que el mundo que me espera fuera de la cueva no está preparado para recibirme en mi estado natural sin encerrarme en una de verdad.

¿Cuál es la canción que más cambió desde su alumbramiento hasta las mezclas, y cuál ha permanecido más inmutable en todo el proceso de grabación?

‘Basal Flame’ se ha transformado por completo. Sonaba un poco inquietante, porque habla de “vaciarse” por dentro para que la persona a la que miras pueda habitarte cómodamente, aunque ahí ya no quede nada tuyo. Charlie encontró el punto de luz en todo ello y lo plasmó en su arreglo. Algún día haré público el mío, para coleccionistas curiosos.

Por el contrario, ‘Elvis’ se mantuvo intacta. La grabamos de una sola toma, tal cual la grabé en la primera demo.

¿Cuáles consideras que han sido las aportaciones más importantes de Charlie Bautista a la hora de vestir las siete canciones que componen el EP?

Tal vez en las maquetas hiciese demasiado hincapié en que lo que quería contar estuvie-se presente en todos los aspectos posibles de la canción, también en el sonoro. Charlie ha traído muchísima sutileza, elegancia y claridad a todo el discurso. Aún se entiende lo que quería transmitir originalmente, pero también se abre una puerta para que se interprete de otra forma tal vez más cotidiana. Me ha hecho accesible a un público más amplio.

Algunas de tus canciones, como el bonus track ‘Captain Hook’ me recuerdan a Ainara Legardon. No sé si la conoces. En cualquier caso, ¿a qué artistas nacionales e internacionales te sientes cercana en cuanto a tu propuesta musical?

No la conocía pero acabo de ficharla en Spotify. Gracias por el descubrimiento.

En cuanto a artistas nacionales, sin duda, Nuria Graham. Si van a volver a dividirse las aguas como ocurrió con Moisés en el Mar Rojo, o (un caso mucho más sangriento) el público indie entre Russian Red y Anni B Sweet, me va a encantar que el otro “bando” lo lidere ella. No descarto cambiarme de bando yo misma, vaya.

¿Qué próximas fechas en directo puedes adelantarnos? ¿Cómo fue tu actuación de hace unas semanas en Bilbao?

Acabamos de terminar la gira acústica de Fnac, hemos estado en todas partes. Bilbao fue un reto porque fue poquita gente que ya me conociese, la mayor parte del público eran personas que se acercaban a ver qué estaba pasando. Creo que fue una de las ciudades en las que más discos firmé, así que creo que se fueron contentos. Yo lo hice.

Lo próximo que tenemos es en Granada, el 12 de mayo, en los Conciertos Verticales del Lemon Rock Hotel.

¿Cuáles son tus planes más inmediatos, y más a largo plazo?

Ahora quiero hacer que este disco llegue a todos los sitios en los que me lo he imaginado. A largo plazo, que lo hagan los siguientes.

¿Cuál es el último álbum, nacional o internacional, que más has disfrutado?

Estos últimos meses he estado muy pesada con “My Love Is Cool”, de Wolf Alice, y “Amor Supremo”, de Carla Morrison.

¿Qué otros hobbies tienes además de la música y de todo lo que la rodea? ¿Nos re-comendarías alguna película, novela?…

Voy a llamarlo hobby para no verlo tan pronto como una maldición, pero ahora me ha dado por la programación web. También me gusta psicoanalizar a mis amigos. Una película: “Mary & Max”. Un libro: “Alexis o el tratado del inútil combate”, de Marguerite Yourcenar.

Siguenos en Facebook

Comentarios