Howl At The Moon: "A Slave To The Ghost" (HATM)


Texto: Txema Mañeru.

¡Yo a este paso me voy a mudar a Australia! La cantidad de buenos grupos poco conocidos que nos traen aquí de gira la gente de Soulblonding es increíble. Así antes del verano llegarán los hermanos Hawkins con Grasshole, su potente trío de lo-fi garaje-punk con ramalazos punk, que nos presentarán su calentito “The Unification Proclamation”. ¡Una gozada para seguidores de los Biffy Clyro o de los primeros Nirvana!

Pero antes, en abril, tendremos a este quinteto de genial nombre que es Howl At The Moon y que están encabezados por la versátil voz de Katie Scott. Por todo ello debemos pasarnos a menudo por www.soublonding.com para saber fechas y lugares y por www.howlatthemoon.band para conocer mejor a este espléndido quinteto.

Debutaron ya hace 4 años con un precioso y preciso “Squalls” en el que ya se apreciaban sus simpatías por los sonidos alternativos de PJ Harvey o Sonic Youth. La rockera e intensa ‘Caught by the sun’ encantará a los fans de la primera PJ Harvey. La guitarrera ‘Blackhearted Charlie hará las delicias de los seguidores de los primeros Sonic Youth. Pero por medio hay momentos más melódicos como ‘Just a kid’ que se pueden acercar al sonido de los geniales Cowboy Junkies u otros como ‘Sword-fighting’ que gustarán a seguidores del indie de Belly o Kristin Hersh.

Pero se han endurecido más en su gran reválida que es “A Slave To The Ghost”. Siguen con temas extensos (5 minutos de media) con subidas y bajadas y guitarras afiladas como el agresivo ‘Russian thistle’. Parece que les ha influido para bien el haber girado con la Mark Lanegan Band. Vuelven a mostrarse más melódicos y preciosistas en temas como ‘Daughters’ pero que luego explotan en guitarras agresivas con una lograda melodía vocal más calmada. Sí, otra vez los Sonic Youth con Kim Gordon cantando. También salen muy bien parados con temas más pop con refrescantes estribillos como ‘Youths’ y cuando se lo hacen de manera más ambiental y calmada como en la preciosa ‘Backsliders’, con un sensacional piano, que puede gustar por igual a seguidores de Kate Bush, Björk o Beach House. Su épico y creciente final por encima de los 6 minutos es una gozada total y seguro que en directo se extiende mucho más allá con el consiguiente aumento de emoción. ¡Magnífica evolución y sonidos más personales que nos acrecientan las ganas de verlos en nuestra ciudad!

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