"Bunbury, en plano secuencia", de Jose Girl (Libros Cúpula)


Texto: Carlos Molina.

La fotógrafa Jose Girl lleva años capturando el imaginario visual de Enrique Bunbury. Ya había llevado a cabo la compilación visual del Tour de 2007 de Héroes del Silencio (“Tesoro. Diario Fotográfico Tour 2007”) y también un libro con numerosas imágenes del zaragozano (“El Aragonés Errante”). En esta ocasión ha apostado por trasladar un espíritu de plano secuencia a la gira Palosanto de Bunbury, el último tour hasta ahora del maño y, quizás, el más ambicioso a nivel técnico de su longeva carrera en solitario.

Una espectacularidad que es perfectamente reflejada en algunas de las 150 fotografías que componen una obra brillantemente presentada por Libros Cúpula (240 páginas, P.V.P 26,95 euros). Pero no es el único detalle captado por la cámara de Jose Girl. Este libro, que nace con una magnífica portada con la imagen de Bunbury sobre el escenario, llevándose la mano al corazón, y se cierra con una contraportada en la que el zaragozano se pierde (¿o aparece?) bajo la luz de un foco, sirve como un brillante e íntimo acercamiento a lo que se vive en una gran gira de auténtico rock´n´roll. Algo en lo que se ahonda gracias a los textos de Silvia Grijalba, donde también se recopilan unas cuantas anécdotas.

Desde las primeras instantáneas (sobrevolando las nubes de quién sabe qué país, con el cantante y su banda Los Santos Inocentes haciendo su aparición -ojo, y con el personal de la gira, que también tiene muy merecidamente su hueco en este libro-), hasta las últimas fotos del libro, aunando de nuevo al cantante, la banda y el staff técnico y de management, Jose Girl se preocupa de captar, y hacer llegar al lector, diversos momentos profesionales, y sentimentales, del Palosanto Tour. Por eso, en pocas páginas pasamos de la imagen del guitarrista Alvaro Suite tumbado en el pasillo de un avión, reponiendo fuerzas, a las caras llenas de felicidad y emoción de unos entregadísimos fans (es de destacar que muchos de ellos muy, muy jóvenes) mostrando su pasión hacia Bunbury junto a los cristales de su furgoneta.

Es, por lo tanto, un libro que trasciende de la captura visual de una gira para ser también una visión de un artista inconformista y de una banda, y staff, entregados en cuerpo y alma al servicio de llevar canciones y emociones a todo tipo de lugares. Ya puede ser un estadio monumental con capacidad para decenas de miles de personas, reflejado en alguna fotografía durante una prueba de sonido, como en un precioso y coqueto recinto de Chicago. Una muestra de que el Palosanto Tour, con toda su grandeza técnica, al final no dejó de ser sino la consecuencia magistral de un cantante y un grupo que tornaron en una auténtica apisonadora de rock, dándolo todo. Bueno, como llevan haciendo años ha.

Un engranaje perfecto, liderado por un Bunbury en estado de gracia, sabiamente inmortalizado por una Jose Girl que logra trasladar al lector a cada segundo fotografiado, ya sean los momentos previos a un bolo, con Bunbury calentando músculos y poses, los músicos haciendo un brindis o regalándose abrazos y ánimos antes de salir al escenario, bien con el show propiamente iniciado, con imágenes muy vivas como las de un Alvaro Suite empuñando su guitarra como si estuviera disparando espectaculares acordes al respetable, Robert Castellanos en una pose cuasi-flamenca o Ramón Gacías mirando con atención al frente, como comprobando que toda la maquinaria está a punto.

Por supuesto, es difícil no sentirse también impresionado ante momentos como la doble página dedicada al Loco y Calamaro junto a Bunbury y ante las instantáneas, cercanas al final del libro, de las primeras filas de fans en varios de los conciertos, algunos de ellos casi en éxtasis o directamente emocionados.

Una de las últimas (y de las más grandes fotos) de “Bunbury, en plano secuencia” muestra al maño sentado en un sofá, alejado de la cámara y con una vestimenta que le asemeja a un púgil. Quién sabe si presto y dispuesto a levantarse para enfrentarse a su próximo desafío artístico. Ojalá que éste llegue pronto y que Jose Girl esté ahí, de nuevo, para inmortalizarlo con su maestría.

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