Robbie Fulks: "Gone away backward" (Bloodshot Records / Bertus Distribution)
Si hay un artista que marca los casi 20 años de andadura del sello Bloodshot Records ese es sin duda alguna, el gran Robbie Fulks. En el 96 debutó con los de Chicago como gran cantante y compositor de country a su puta bola que es. Lo hizo con el irónico “Country Love Songs”. Ya en su tercer y sensacional disco, “The Very Best Of Robbie Fulks”, de nuevo con Bloodshot, contó ya con la producción de un “fan” de renombre y prestigio como Steve Albini. ¡Hasta Buddy Miller se ha declarado seguidor total suyo!
“Gone away backward” es su décimo trabajo y repite con la sencilla pero eficiente producción del experto Steve Albini. Su excéntrica y atractiva personalidad sigue dominando en una sonoridad mayormente acústica. Repasa sus raíces para narrarnos el declive de las pequeñas ciudades y del campo estadounidense. La instrumentación es también espartana pero muy adecuada dominando banjo, violín, mandolina y contrabajo. También tiene un destacado acompañamiento vocal en las segundas voces aunque siempre destaca por encima su particular y peculiar manera de cantar. Muestra su rabia y su buen hacer con la guitarra en el arranque con “I’ll trade you money for wine”. Le ayuda aquí un eficaz violín, instrumento muy presente en la mayoría de las canciones. También ofrece mala leche en “When you get to the bottom”, puro country clásico con guapos coros. El violín se torna más melancólico en “Imogene”, un delicioso y pausado blues. El bluegrass y el hillbilly más tradicional se hermana en los temas más campestres como “Long I ride” o “Sometimes the grass is really greener” en los que el banjo campa a sus anchas. En la segunda además vuelven a destacar esas voces que le arropan. Gozada total es “The many disguises of God”. Lo es porque vuelve a salirse de la norma y suena a folk británico entre Billy Bragg y Fairport Convention, con chirriante violín. Para acabar vuelve a su querido bluegrass con “Rose of the summer”. Aquí de nuevo tenemos las dobles voces y el brillo instrumental recae en una sensacional mandolina. No me extraña que fuera elegido disco del mes de “Americana” por la prestigiosa revista Mojo. ¡Más que de esta campaña, de lo mejor de los últimos años en su estilo! Texto: Txema Mañeru.
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