Second: “hemos querido alcanzar un ritmo mucho más frenético e intenso con las canciones”



Texto: Carlos Molina.

“Montaña Rusa” supone un espaldarazo más en la consolidación de Second como una de las bandas más interesantes del pop-rock nacional. Un álbum “menos correcto, menos cuadriculado y con las bases grabadas en directo”, tal y como subraya el batería, Fran Guirao, con el que charlamos de manera larga y tendida sobre uno de los mejores discos españoles de este 2013.

No es muy usual, por desgracia, que una banda alcance en nuestro país un sexto disco, todo ello en quince años. Antes de nada, enhorabuena y felicidades por ello. Miremos al pasado, ¿qué es lo que más recuerdas de los primeros ensayos y pasos como Second?


Recuerdo que en esos primeros ensayos, la cerveza era un requisito imprescindible... También que eran los mejores momentos de la semana, un lugar donde ir a divertirte con amigos, haciendo lo que más nos apasionaba.

¿Soléis pensar en esos “primeros tiempos”, o los últimos años han sido tan vertiginosos que apenas habéis tenido tiempo para echar la vista atrás?

Somos de los que miramos hacia el futuro, que es lo que más nos interesa y motiva. Estamos en continua evolución, intentando no repetirnos y buscando nuevos retos.

También han sido años vertiginosos, de mucha carretera e intensidad, pero para la grabación de nuestro disco en directo, “15”, tuvimos que echar un vistazo al pasado, reencontrarnos con canciones que hacía muchos años que no tocábamos en directo y hacer balance de tantos años como banda.

Del mismo modo, descontando este “Montaña rusa” y haciendo un símil olímpico, ¿qué discos ocuparían vuestro podio discográfico, y en qué puesto cada uno?

Sería complicado hacer ese tipo de símil olímpico, ya que estamos hablando de canciones que implican estados emocionales y tienen una gran carga subjetiva... Pero dándoles un orden, pondría en primer lugar a “15”, porque es un disco en directo, con el añadido de contar con una miniorquesta, y porque supone una revisión de algunas canciones que me encantan de la primera época. El segundo premio estaría compartido por el resto de discos de estudio.

¿Qué elementos de los que entendéis que conforman la personalidad sonora de la banda consideráis que permanecen ahí desde vuestros primeros conciertos y discos, y cuáles pensáis que han podido entrar a formar parte de ella con la elaboración de “Montaña Rusa”?

Algo que nos ha acompañado desde los inicios es ese sonido melancólico marca de la casa y los ambientes de las guitarras. Con “Montaña Rusa” hemos incorporado a un disco de estudio la visceralidad y la fuerza que ha tenido la banda en directo. También hemos dado más peso a los sintes y hemos grabado “guitarras que no suenan a guitarras”. En cuanto a la voz, el tratamiento ha sido muy distinto al de los anteriores discos, empezando por la forma de cantar de Frutos, que ha sido más directa, y siguiendo por las ecualizaciones y efectos que hemos usado, que han sido muy distintas con el fin de conseguir, junto con el resto de instrumentos y ambientes, un sonido muy personal.



La futurista y enérgica “2502”, con sus luminosos destellos electrónicos, abre el disco. A pesar de la intro acústica, el segundo corte, “Las serpientes”, también esboza el perfil del álbum: sintes, guitarras afiladas, bajo también protagonista y batería acelerada. Vamos, que el ritmo del álbum, en una escala del 1 al 10, casi siempre apura el 11, salvo excepciones (“Estamos de ocasión”). ¿Queríais que esa intensidad presente en gran parte de “Montaña Rusa” fuera una de las señas de identidad del álbum?

Sí, para este disco queríamos huir de los medios tiempos y alcanzar un ritmo mucho más frenético e intenso con las canciones. Se trataba de llevar los vagones de nuestra montaña rusa al límite del descarrilamiento.

Fantástica la apertura de “Extenuación”, con ese bajo y voz enigmáticos. Como si Héroes del Silencio hubieran coqueteado alguna vez con ritmos electrónicos. También hay tempos más lánguidos, como los de muchos pasajes de la gran “Caramelos envenenados”. Habéis hablado de Two Door Cinema Club como posible reminiscencia sonora en vuestro sonido pero, ¿hay alguna banda española de ahora o de antes con la que os sintáis cercanos?

Nos sentimos cerca de algunas bandas con las que compartimos escenario en festivales, como LOL, Cyan, Izal, Lori Meyers, Supersubmarina, Vetusta Morla, The Leadings, Miss Caffeina... pero más que por el sonido o las canciones, por la actitud, inquietudes y compañerismo.

A lo largo de vuestra trayectoria discográfica habéis contado con la colaboración de diferentes productores, además de vuestra propia labor en esta faceta. ¿Qué consideráis que ha aportado Sebastian Krys al sonido del grupo, y qué característica de su trabajo valoráis más de él?

Ha aportado mucho “Punch” al sonido, energía y naturalidad a la interpretación, un tratamiento de la voz que a mí particularmente me fascina, y un aura muy personal a las guitarras y los sintes.

Lo más destacado de trabajar con Sebastian es la capacidad que tiene para sorprenderte e ir más allá de lo que nosotros teníamos en mente... También el compromiso que tiene hacia su trabajo y que es muy melómano, como nosotros.



Habéis empleado un mes para grabar este trabajo, lo que ha hecho de él en vuestra opinión un disco más “incorrecto, visceral y natural” que los anteriores, con una apuesta decidida por las primeras tomas en cada canción. ¿Os propusisteis desde un principio que fuera así, o fue algo consensuado con Sebastian?

En un principio ya queríamos que fuera un disco menos correcto, menos cuadriculado y que las bases fueran grabadas en directo. Cuando se lo comentamos a Sebastián a través de Skype, lo vio perfecto.

Me encanta cómo atrapa la música y el tratamiento vocal de “Lobotomizados” y el enigmático tapiz de los primeros compases de “Si todo se oxida” y “Estamos de ocasión”. ¡Y qué decir de la pegadiza “Antiyo”! “La barrera sensorial” apuesta por un tratamiento bastante pop… ¡y cautivador! Como el rasgo más rabioso de “La distancia no es velocidad por tiempo” o el más “coqueto” de “Espectador”. Ya hemos hablado de esa apuesta por las primeras tomas. ¿Hubo alguna canción que se resistiera a ese “filtro” directo de grabación?

No, en todas las canciones solamente hacíamos una o dos tomas de cada instrumento. Queríamos captar esa espontaneidad y naturalidad en la interpretación. Sebastián nos decía: “si piensas, pierdes”. Buscaba esa visceralidad no dejando que las tomas de cada canción pasaran por el filtro de nuestro cerebro.

Un álbum que se antoja bailable y coreable en directo. ¿Cómo tenéis pensado estructurar la gira para los próximos meses? ¿Podéis adelantarnos algunos clásicos que formarán parte sí o sí del set-list de esta gira?

Estamos todavía en ello, pero canciones como “2502”, “Las Serpientes”, “Caramelos Envenenados” y “La Distancia no es Velocidad por Tiempo”, formarán parte del repertorio en inicio, y no podrán faltar “Rincón exquisito”, “Rodamos”, “Muérdeme”, “N.A.D.A.” o “Autodestructivos”, por ejemplo...

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