69 Revoluciones: "Nos sentimos muy artesanos a la hora de hacer música"


Texto: Carlos Molina.

A pesar de lo que piensen algunos, de las trabas impuestas por otros y de la mejorable cultura musical patria, hay un buen número de bandas dejándose la piel desde hace años por su pasión. Una de las más destacadas dentro de la escena rockera es 69 Revoluciones. Robamos un (buen) rato a Gabi Poza, su guitarrista, para hablar de toda la trayectoria del grupo y de su momento actual tras el lanzamiento de su último largo, “Nornoroeste”.

La vuestra es una trayectoria de garitos, de empezar desde abajo y de pelear. Una historia que tiene sus orígenes en un proyecto musical llamado Maldeojo. ¿Qué nos podéis contar de esa banda para los que no la conocimos, y en qué parámetros sonoros se movía?


Maldeojo fue el típico grupo que se forma entre amigos del barrio que comparten una pasión por la música y un sueño en común, el de juntarse para hacer música y recrear aquello que nos hacía sentir algo especiales y pasarlo tremendamente bien. En Maldeojo estaban desde el principio Santiago Ruiz, Teo Fernández y Edu Jerez. Luego nos fuimos uniendo Javi Planelles, Iñigo Uribe y yo y decidimos cambiarnos el nombre a 69 Revoluciones antes de entrar a grabar nuestro primer disco. Hicimos un montón de bolos en esa época hasta que entramos a grabar. Pensábamos siempre en grande y nos juntábamos hasta 9 personas en el escenario.

Lleváis ya una década en activo y varios discos a vuestras espaldas. Si os parece, vamos a recordarlos con vuestras palabras. ¿Qué es lo que más recordáis de vuestro debut, “69 Revoluciones”?

De lo que más nos acordamos es de Manolo Mené, amigo y productor de ese primer disco. Manolo nos dejó antes de mezclarlo y fue un palo muy grande para el grupo. Era el amigo y músico que mas creía y disfrutaba con nosotros, con el que aprendimos cosas del negocio también. Teníamos como objetivo grabar un buen disco y dar un paso más en calidad para poder seguir haciendo conciertos y llegar a más gente. Estuvimos girando con La Fuga y eso nos permitió disfrutar de escenarios más grandes y de públicos más amplios. Llevábamos solo un disco, pero salíamos al escenario como una banda que llevaba mucho tiempo haciendo esto.

“Haciendo equilibrios” (gran título) fue la reválida de ese debut homónimo. ¿Qué cambios destacaríais que existen entre este álbum y vuestro primer disco?

Era la primera vez que trabajábamos con Tino Di Geraldo y también la primera vez que grabábamos todos juntos en directo, habiendo visto en las maquetas que estábamos muy satisfechos con esa forma de grabar. Teníamos las cosas bastante más claras que en el primer disco a la hora de entrar a grabar, hicimos más preproducción en este álbum que en el primero. Como te decía, es un disco grabado todos en directo y sin apenas recordings adicionales, tratando de que sonara bastante parecido a cómo lo hacíamos en directo. Nos limitamos mucho a la hora de meter pistas o adornos que luego no pudiéramos llevar en vivo. Tino tenía la idea de hacerlo lo más fiel posible a un directo real. En cuanto al sonido, es un disco que suena bastante directo, bastante apretado en algunos momentos. No creo que sea el álbum con el que más nos identifiquemos, pero sí es cierto que fue un disco que nos permitió llegar a más gente y a día de hoy sigue siendo demandado en los conciertos.

“Nº 4”, a la sazón vuestro tercer disco, os terminó por granjear las simpatías de un buen número de grandes del rock nacional (Bunbury, Loquillo). ¿Cómo valoráis sus canciones y su propuesta sonora algo más de tres años después de su lanzamiento?

Se trata de un disco que nos ha marcado mucho; lo sentimos como un álbum en el que definitivamente encontramos un espacio y una identidad muy personal. Creo que lo volveríamos a hacer prácticamente todo tal cual lo hicimos. Las maquetas, los temas, el productor, el estudio, los ingenieros de sonido del estudio y esos 10 días que estuvimos en los estudios Acme de Miranda, Avilés, fueron muy especiales para nosotros. En las letras hubo un cambio y refinamiento bastante notable. Trabajamos muy, muy duro en ese disco, en las maquetas, luego con Tino y los días de grabación. Lo que rodea este trabajo supuso una vida plena como grupo. Creo que perdimos totalmente la inocencia como banda en esa grabación y en ese disco, si es que quedaba algo de ella.

Antes hablábamos de Bunbury y Loquillo, que han mostrado su entusiasmo por vuestra música. Por vuestra parte, ¿qué bandas y artistas nacionales e internacionales admiráis de una forma especial?

Aunque podamos tener gustos diferentes la base musical es bastante compartida. Somos bastante melómanos y en particular fans de la gente que se lo trabaja y se lo gana. Son muchísimos los grupos que escuchamos, tanto nacionales como internacionales, por citar alguno y como seguramente dependa del momento en que me preguntes, te diré lo que he llevado últimamente en el coche: Calamaro, AC/DC, Beatles, Humble Pie, Clapton, Rolling Stones, Rage Against the Machine… Admiramos a todos los artistas que luchan por hacer de esto su modo de vida de una forma honesta, lo logren o no.

Para este “Nornoroeste” habéis optado por la autoproducción. ¿Qué es lo más costoso y lo más agradecido de acometer uno mismo esta tarea?

Lo más costoso ha sido el finalizar el disco en sí, el ver que la grabación estaba finalizada. La parte más agradecida es bastante amplia, la sensación final de escuchar el álbum con la calidad con la que ha quedado, rodearnos de amigos y contar con ellos a la hora de dejarnos equipo o colaborar grabando pistas allá donde nos/les apetecía. El asumir el reto de ser productores ingenieros y músicos a la vez, el producirlo y arreglarlo como nos apetecía, el experimentar. En fin, que aunque ha sido un proceso largo, digamos que ha sido bonito y hemos aprendido bastante, sobre todo a confiar en nosotros y entre nosotros.

El disco se abre con una ‘Lo que iba a acabar bien’, con pasajes instrumentales muy currados, gusto por alejarse de una estructura sencilla para apostar por rupturas sonoras, ruidos y ecos de fondo… con un sonido “sureño” por montera y una propuesta muy, muy directa. ‘Angulo muerto’ sigue esa senda de “deconstrucción” sonora en algunos de sus pasajes, inyectando una propuesta más bailable pero también con la vista muy puesta en los escenarios (¡esos coros!). ¿Cómo describiríais, con vuestras palabras, “Nornoroeste”?

Lo definiría como un disco compuesto y grabado ajeno a cualquier guión, pero que al final ha creado su propia identidad de forma no premeditada. Todo empezó con la grabación de unas ideas en maquetas y viendo el resultado de las mismas decidimos seguir y pasar de grabar maquetas a grabarnos el disco en nuestro local/estudio y ver hasta dónde llegábamos. Quizá por eso hemos cuidado cada canción por sí sola y la hemos trabajado hasta el último detalle. Aun así, como comentábamos antes, ya en el anterior disco teníamos muy afianzado nuestro estilo como banda y aunque hayamos grabado y trabajado los temas de esta forma, al final las mismas canciones nos identifican como grupo. Mucha gente nos dice que les ha sorprendido y para nosotros eso es muy positivo, significa que seguimos creando nuevas piezas que despiertan nuevas sensaciones en la gente y eso mismo nos pone las pilas para seguir en esto.

Me gustan mucho canciones como la sentida y lánguida ‘Gracias por el descuido’, ‘Héroes de Barrio’, un rock muy desnudo, con pasajes hasta poperos en las melodías, una ‘Tormenta’ fantásticamente acariciada por el piano, o la (extensa) ‘Miranda’, quizás por su carácter más experimental, rico en matices y sonidos. ¿Cuáles contempláis que son las canciones que están siendo mejor recibidas?

En los conciertos que llevamos hasta la fecha hemos tocado todos los temas de “Nornoroeste”, y la verdad es que los temas del nuevo disco están sonando con una energía muy seria. ‘Árido’, ‘Tormenta’, ‘Angulo muerto’ o ‘Lo que iba a acabar bien’ son temas que suelen enganchar al público por su energía. En cuanto a los que mencionas en tu pregunta son temas en los que sentimos que tanto las melodías como los textos despiertan sensaciones en el público, y en realidad esto es lo mejor que puede pasar cuando compones una canción.

Este es vuestro primer trabajo para el sello Rock Estatal Records, que está configurando un catálogo de olé. ¿Cómo está resultando la experiencia con ellos hasta ahora, y qué os llevó a firmar con esta discográfica?

Rock Estatal nos ha permitido poder editar y fabricar el disco y la verdad es que nos encontramos en el momento justo, teníamos el disco recién mezclado y masterizado por Jose Luis Crespo y afrontábamos la horrible tarea de encontrar sello discográfico que nos hiciera una promoción decente. Creo que son un buen ejemplo para la música en general, saben de música y se preocupan porque no desaparezca. Como sello llevan poco y les deseamos la mayor de las suertes para demostrar que se puede seguir sacando música sin derrochar el dinero.

¡Cómo la estará liando en los directos la fronteriza ‘Arido’, con esa guitarra doliente y esos momentos instrumentales explosivos! Flipante también la llena de energía ‘Acabar con todo’ u ‘Horas bajas’. ¡Rock and roll! ¿Cómo han ido hasta ahora las fechas de presentación de este trabajo?

Empezamos a tocar el pasado noviembre, casi el mismo día de salida del disco, y hasta la fecha todo está saliendo muy bien. Edu dejó la banda un poco antes de la salida del disco con lo que fueron días de mucho trabajo preparando todo con Fran Barón, nuestro nuevo bajista. A diferencia de otras veces, estos temas no los habíamos machacado con anterioridad a la grabación, con lo que también los tuvimos que volver a sacar y a conseguir hacerlos sonar a la altura del disco. Como te digo, hasta el momento muy buenos bolos, un público que disfruta con los temas y con la banda y una satisfacción personal muy grande. Estamos volviendo a sitios a los que hacia tiempo que no íbamos y notamos el reconocimiento a un trabajo constante.

‘Tal vez al final’ se vuelve etérea y doliente. Bella, como una también desnuda ‘A Tiempo’, de vestidos acústicos. Hermoso desenlace para un álbum muy, muy bueno. ¿Satisfechos por la acogida que está teniendo?

Estamos muy satisfechos como banda por continuar sacando discos a los que les dedicamos todo nuestro saber hacer, como se ha hecho toda la vida, es lo que hemos visto a nuestro alrededor y es lo que nos ha enganchado desde siempre; nos sentimos muy “artesanos” a la hora de hacer música y creo que seguimos aportando nuestro granito de arena a este oficio. La acogida de “Nornoroeste” está siendo muy buena, independientemente de que vendamos más o menos. Ojalá fueran otros tiempos y esta profesión no estuviera tan maltratada, pero son los que nos ha tocado vivir.

Me gustaría preguntaros también, fuera de la música, por qué otras pasiones cultiváis (sois cinéfilos, ávidos lectores, deportistas…) y de entre todos estos posibles campos, qué me recomendaríais (alguna película a descubrir, o libro, o deportista… y la razón de esa recomendación).

Sí, es cierto que nuestra gran pasión es la música, pero dentro del grupo hay otras grandes aficiones como el deporte, la lectura o los viajes. Y la verdad es también que nuestras otras grandes pasiones muchas veces desembocan de nuevo en la música, ¡así de loco parece y es! Te recomendaré el último libro que he leído, “Confieso que he bebido”, la biografía de Ozzy Osbourne, que no es un exactamente un tratado de literatura, pero me pareció muy divertido. También te recomendaré un documental que hemos visto todos hace no mucho, “Mucle Shoals“, una joya de la historia de la música.

Hablando de directos, ¿qué bolo propio recordáis cómo de los más completos, o especiales, de los que habéis ofrecidos en los últimos meses, y cuál es el último concierto al que habéis asistido como espectadores y qué más habéis disfrutado?

Quizá el que hicimos hace unos meses abriendo a The Quireboys nos dejó con muy buenas sensaciones. Hubo muy buena comunicación con el público y el trato fue exquisito hacia una banda telonera y nacional.

Por mencionarte alguno de los últimos con el que haya disfrutado especialmente como espectador… Hace poco vimos a BigElf en Madrid, una gran banda y un gran sonido dándole una genial vuelta de tuerca a su género. Y también hace poco en un viaje a los Ángeles tuve el privilegio de ver a BlackBerry Smoke en el House Of Blues de Sunset Boulevard, con Rich Robinson como invitado especial a tocar el ‘Don’t Do It’ de “The Band”, tema habitual en nuestro repertorio, así que la experiencia fue cojonuda.

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