My Lover The Killer (Lydia Lunch & Marc Hurtado): "My Lover The Killer" (Munster Records)


Texto: Txema Mañeru.

Probablemente habrá un mayor número de lectores familiarizado con el nombre de Lydia Lunch que con el de Marc Hurtado. Pues bien, aprovecharemos su última (que yo conozca) y arriesgada aventura musical conjunta para analizar un poco la figura de este terrorista sonoro marroquí afincado en Francia y su relación con el noise-punk, la no wave y la electrónica neoyorquina.

Ya desde finales del siglo pasado viene colaborando con la propia Lydia Lunch y con Alan Vega, de los indispensables Suicide, sobre todo. Pero también lo ha hecho con Genesis P-Orridge (Throbbing Gristle, Psychic TV), Sky Saxon de los Seeds, The Hacker, Gabid Delgado de los D.A.F. o el gran líder de Swans, Michael Gira.

En “My Lover The Killer” (Munster Records) tenemos la habitual y espléndida presentación del sello Munster en formato de doble LP de lujo o en precioso digipack con un fantástico y c0ompletísimo libreto de 40 páginas. En este caso mayormente destinadas para la truculenta historia que contiene el trabajo. Un trabajo cuya mayor referencia sonora, además de la obra del pasado de Hurtado y de la Lunch, es ese inquietante ‘The gift’ de la Velvet Underground con un John Cale relatando diabólicamente un envenenado regalo humano que acaba en una carnicería, sobre un fondo de experimentación electrónica.

En esta colaboración que comenzó hace 4 años tenemos como punto más destacado el siempre atractivo spoken Word de Lydia Lunch que de manera sexy, siniestra y misteriosa se sumerge en la apasionante narración del crimen y posterior suicidio de un ex amante de la propia Lydia tras la discusión surgida con su novia de entonces. Dos días después de proponerle verse para tomar algo y tras una agria pelea por el tema borrachos hasta la médula, la asesinó y después se quitó la vida. Aquí se revive esta tragedia, la problemática de un amor incontrolado y las repercusiones que todo ello trajo. Algo que sucede en muchas más ocasiones de las que creemos. Pero Lydia y Marc no están solos en esta apasionante y espeluznante historia real. Así arrancan con el inquietante jazz noir de ‘Nursing damage junkies’ con la colaboración del saxo y la batería de los Gallond Drunk, Terry Edwards y Ian White. El piano y los inquietantes fondos sonoros de ‘You can’t save anyone’ los pone el propio Marc que es quien se encarga de todo el andamiaje sonoro del trabajo. En ‘I’m sorry but I’m not’ tenemos el bajo y la destacada trompeta de otro habitual en estas guerras como es Mark Cunningham. Además tenemos los gorgoritos de la cantante de ópera, Sophie Noel. Continua la historia con otros títulos explícitos como ‘Homeicide’, ‘Baby killer’ o ‘Poltergush’. Estas dos últimas con la guitarra de Lydia y en la última también con el piano y el violín de We Are Bird Of Paradise. ‘Shelter’ también remite al jazz-noise en sus curiosas percusiones y ‘The sweeping of a moment’ suena inquietante y hermosa a un tiempo. Vuelven a finalizar el trabajo con más jazz experimental y el fantástico saxo de David Lackner en la conclusión lógica de la historia, ‘Ashes are what’s left’. Porque cenizas es lo único que queda tras la locura desatada por un amor mal entendido. Ha tenido que ser duro narrar esta apasionante historia para Lunch, pero nunca ha tenido miedo de llamar a las cosas por su nombre y aquí asume también su parte de culpa en esta trágica historia.

Lo mejor de todo es que si te pasas por www.munster-records.com comprobarás que también han aprovechado para reeditar en compacto y publicar por primera vez en doble vinilo de lujo otros atractivos trabajos de Marc Hurtado. Por un lado tenemos “Sniper” del año 2010 junto al gran Alan Vega en el que retratan un mundo violento y con escaso futuro mediante ruido blanco, sonidos industriales y hasta electrónica cuasi bailable y cercana a Kraftwerk com o sucede en ‘Crazy driver’. También tenemos la voz de Lydia Lunch en la inquietante ‘Prison sacrifice’. Los momentos más maquinales e industriales como los del tema itular se acercan a Esplendor Geométrico, quienes por cierto también tiene gran parte de su obra recientemente reeditada en Munster. En ‘Sacrifice’ suenan a puro Suicide y las baladas sintéticas al estilo Vega como ‘Drive duplex’ o la oscura ‘Let the blood drip’ serán una delicia para los seguidores del neoyorquino ya fallecido. Esta reedición en doble vinilo con motivo del último Record Store Day añade además un inédito tema extra.

Por último, y como disco más reciente publicado tenemos la fantástica reedición del “Re-Up” de Étant Donnes del año 99. En este proyecto acompañaba a Marc Hurtado su hermano Eric. Más electrónico aún, sale también ahora en doble vinilo y en el habitual compacto elegante. Se va casi hasta los 70 minutos de duración y cuenta con las voces de Alan Vega en 5 temas, de Genesis P-Orridge en otros tres y de Lydia Lunch en el fantástico y duro ‘Sexodrone’ de más de 10 minutos en el que también pone su trompeta, y ayuda en la composición, Mark Cunnigham. En todo el primer vinilo es Alan Vega el protagonista junto a la música de los hermanos Hurtado. Noise industrial y electrónica con destellos continuos a los Suicide. Ritmos convulsos y sintetizadores abrasadores en el tema titular. Gran versión del clásico de Suicide, ‘Ghost rider’ y una dura y también cercana a Esplendor Geométrico, ‘Brutal piss rods’ que ocupa toda la cara B del primer disco y que parece contener señales provenientes de otro mundo. Me encanta la primera aparición de P-Orridge en esa dolorosa e interminable letanía de más de 10 minutos que es ‘At last’ con sus ráfagas de sintetizadores emulando desoladores vientos. También por ahí se mueven en la dolorosa ‘Secret tear’, ayudados también por Bachir Attar, líder de los The Master Musicians of Jajouka (Brian Jones), aportando su instrumento ancestral de viento, la ghaita. Como bonus-track, de nuevo, tenemos un remix de Marc Hurtado de ese pedazo de tema que es ‘Ghost rider’. ¡Tres auténticas joyas a la vez para quienes amen este tipo de sonidos!

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