Texto: Edu Gascón
El cuarteto de Toronto Holy Fuck nos visitará a principios de octubre y lo hará con su cuarto disco bajo el brazo. Titulado "Congrats", se ha publicado en mayo y es el primero que han puesto en circulación tras justo seis años de silencio, pues el tercero, "Latin", salió en mayo de 2010. Su música pasará por Barcelona, el 5 de octubre (en Razzmatazz 3), Zaragoza, el 7 (Las Armas) y San Sebastián (Gazteszena, dentro del ciclo Donostikluba).
Holy Fuck pueden ser definidos como una banda electrónica, pero una bien especial, pues ellos no utilizan las técnicas propias de un grupo así, sino que gustan de utilizar instrumentos reales (bajo, batería) y también no instrumentos (como teclados de juguete) para crear y reproducir efectos y sonidos electrónicos. Se formaron en 2004 como parte del sello colectivo canadiense Dependent Music y a partir de su homónimo disco de debut, en 2005, empezaron a gozar de los parabienes de la crítica. Ese álbum ya entró en el Top 10 anual del semanario alternativo Montreal Mirror. También se hicieron habituales de los festivales, grandes incluidos (Coachella, Lollapalooza, Glastonbury; en este último, en 2007, el NME los escogió el tercer mejor directo del evento). Cuando sacaron su segunda obra, titulado escuetamente "LP" (2007) y el más jazzy de su carrera, lograron ser nominados en su país tanto en los Juno Awards como en los Polaris Music Prize, dentro de la categoría de Mejor Disco Alternativo. M.I.A. los escogió aquel año y el siguiente para que abrieran para ella en Estados Unidos. Su tercer disco, "Latin" (2010), se encaramó hasta el puesto 14 de las listas de baile del Billboard, pero tras él llegaron seis años de silencio.
Hasta que este mayo se ha publicado "Congrats", el trabajo suyo que mejor condensa sus extrañas sensibilidades melódicas y su excitante excentricidad, el que mejor justifica los halagos que han recibido de nombres como Lou Reed y Thom Yorke. Grabado en solo tres días en el estudio, su visión del pop electrónico se muestra aquí más clara. No muestran solo caos, también sutileza. Una lograda encrucijada de todos sus disparatados elementos, el disco que es, según uno de sus componentes, Brian Borcherdt, "exactamente el que antes no podíamos hacer".
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