La Chaqueta Metálica: Amon Amarth y su "Jomsviking"


Texto: Mikel Fernández, del blog Surimiworld.

Décimo disco de estudio de Amon Amarth, una de las estrellas más rutilantes del panorama metálico actual por derecho propio. Autores de varios de los mejores álbumes de death metal melódico de los últimos tiempos, su fama se ha venido disparando desde el Twilight of The Thunder God que ya se comentó en este blog.

Estrenan batería, tras la partida de Fredrik Andersson. Para la grabación han contado con Tobias Gustafsson (Vomitory, God Macabre), que no será el batería permanente (de hecho están girando por USA con otro tío). No es que este cambio haya influido en gran manera en la música, tan sólo se aprecia algún fill más complejo aquí y allí: el estilo de Amon Amarth es el que es y no da para grandes florituras.

De hecho, el estilo es una de las cosas que más ha dado de si con este lanzamiento: con los años, y sobre todo desde el Twilight of The Thunder God, da la sensación de que se han ido ablandando: cada vez hay menos death metal, acercándose al power metal. Evidentemente, ahí sigue la poderosa voz de Johan Hegg, pero las guitarras cada vez son menos pesadas y las melodías más "alegres", con estribillos hechos para ser coreados en directo. Dave Rotten llama a esta música "heavy metal con voz de camionero" y creo que no anda muy desencaminado.

Por ahí les llaman los Manowar del death melódico, y razón no les falta. Su música es inmediatamente reconocible, y su temática lírica sólo versa sobre un tema: vikingos. No obstante, para este disco, en vez de fusilar historias de la mitología nórdica, se han lanzado a escribir un disco conceptual. El cantante apareció con la historia, y sobre ella escribieron la música, como si fuera una película (esto lo dicen ellos en las entrevistas, ojo).La historia es bastante típica: un tipo enamorado de una chica asesina a un poderoso pretendiente de ésta, tras lo que se ve obligado a huir y unirse a los Jomsvikings, una especie de mercenarios, jurando volver a su pueblo a vengarse y recuperar a su amada (como veis, no es que se hayan roto precisamente la cabeza con el argumento).

La producción es limpia y cristalina, cada instrumento se aprecia perfectamente y sobre ellos destaca la voz. Las guitarras, como ya decía, tienen menos fuerza que en discos anteriores, y no es algo achacable a su productor, Andy Sneap, que ha producido a multitud de bandas consiguiendo sonidos atronadores como el último de Testament; insisto en que la banda cada vez está más cerca del power metal que del death de sus raíces.

Aparte de esto, desde el citado Twilight..., pocas cosas han cambiado. El disco va a empezar a toda tralla con First Kill, que fue el primer adelanto del mismo y posiblemente el tema más deathmetalero del álbum, pero también donde en las partes a piñón se nota esa "ligereza" del sonido. Otras canciones que destacan son At Dawn's First Light, A Dream That Cannot Be (con Doro Pesch haciendo coros) y Back on Northern Shores (para mí de lo mejor). El resto del disco pasa un poco desapercibido, apenas un par de momentos aquí y allí que captan tu atención, pero poco más.

Me ha dejado un poco frío: no está mal, pero me esperaba bastante más. A ver si en directo, donde siempre han arrasado, mantienen la caña y la fuerza que les caracterizaba.

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