Texto: Carlos Molina.
Es de agradecer el esfuerzo que el señor Alejandro Díez (Cooper) está llevando a cabo para continuar aumentando el catálogo de obras que integran la colección "Mis Documentos" de su Ediciones Chelsea. Libros que bucean por el "disco duro" de sus autores, que a lo largo y ancho de alrededor 80 páginas recopilan extractos de entrevistas, digresiones varias, rememoran sus primeras aventuras y desventuras musicales...
Hasta ahora, todos ellos han sido un lujazo. El último que hemos leído (aún tenemos dos en nevera que disfrutaremos en breve) es "Un Rayo Ultravioleta", de nuestra Isa Fernández (Electrobikinis, Charades, Aries). Si ya en la contraportada se destaca la sonrisa de esta artista vizcaína y su luminosidad, lo cierto es que uno, mientras lee sus reflexiones, musicales y filosóficas, no puede evitar imaginarse a la propia Isa contando en voz alta todos los fragmentos que integran este libro.
Una lectura ideal para todos aquellos que, conozcan o no su andadura musical, se quieran acercar a los pensamientos de una artista que conoció el (moderado) éxito apenas superada la adolescencia con Electrobikinis, que dio un viraje con Charades y que se ha asentado en solitario con Aries, engordando sus señas sonoras con retazos y ritmos de aquí y de allí. Que apunta sus primeras pasiones musicales y termina regalándonos varias listas en las que da muestra de un gusto ecléctico, que lo mismo bebe de Brian Wilson y los Brincos que de Carole King y The Jefferson Airplane.
Y todo ello desde una agradecida y agradable posición risueña, alegre, anti-loser, que aporta la luminosidad antes mencionada y que hace de la lectura de este libro toda una delicia. Porque Isa reivindica el acercarse a la música, y a cualquier expresión artística, o laboral, con entusiasmo. Sin ceder ni darse por vencido. Porque para que aparezca algo grande, antes seguro que recolectaremos algunas medianías. Ese es el camino. Al menos, el de esta artista.
El desenlace del libro, que estremece en algunos momentos, es acometido por Isa con el mismo humor y alegría que se desprenden en las decenas de páginas anteriores. Y uno no puede sino aplaudir el enfoque de la obra, y el enfoque de su trayectoria, y vital, de la vizcaína. ¡Sabíamos que se defendía la mar de bien en la música, pero es que escribiendo también ha superado el notable de nota!
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