Texto: Txema Mañeru.
La bestia parda de Frank Carter ha pasado su particular infierno musical para entregarnos esta infernal obra que le supondrá un regreso a lo más alto del hardcore punk de la actualidad. Porque Frank fue el cantante de Gallows, quienes por cierto han superado bastante bien su pérdida como demuestra su reciente disco. Pero luego creó una propuesta mucho más inofensiva como Pure Love que suponemos habrá dado como finiquitada al debutar con este impresionante trabajo.
En The Rattlesnakes le acompañan dos músicos de Pure Love y el fundamental, Dean Richardson de los potentes Heights, que se ha convertido en su mano derecha y le ha ayudado en la composición de todos los temas. El tema comienza con un single a la yugular como 'Juggernaut' con metal hardcore salvaje y violencia sónica brutal. en 'Trouble' tenemos estupendos punteos y una rabia tremenda al cantar que le hace oscilar entre los Sex Pistols y Rage Against The Machine. A continuación recupera 'Fangs' de su primer Ep. Merecía la pena pues es un torbellino de guitarras y furia desatada a gran velocidad. Este y otros temas pudieran haber estado perfectamente en la banda sonora de la última peli de la saga "Mad Max". 'Paradise' también estaba en dicho Ep y la recuperan aquí porque suena apabullante y enrabietada como los primeros Fugazi. Aunque luego el tema se haga más reposado sigue manteniendo sus cotas de rabia y salvajismo. 'Loss' era le tema perdido del citado Ep anterior y ha sido regrabado para este debut resaltando su estribillo como un martillo pilón, con esos gritos continuos de "fuck" llenos de desesperación. 'Rotten blossom' tiene otra vez la violencia de los Pistols de Johnny Rotten. El final no podía dejar las cosas más en lo alto ni más clarificadas. 'I hate you' es un killer blues salvaje en el que realmente sientes que su odio es real. También se aprecia la urgencia y desesperación y cuenta con unos salvajes punteos. Tiene momentos más calmados que pueden gustara los seguidores de Red Hot Chili Peppers o Faith No More. ¡Esta bomba de relojería tiene que explotar en mil añicos en directo y ojalá podamos comprobarlo pronto!
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