Novedades Sub Pop/Everlasting: Rose Windows y Metz


Texto: Txema Mañeru.

En el magnífico sello de Seattle, Sub Pop, siempre han cabido todo tipo de propuestas ya desde hace años, aunque comenzara como sello emblemático del grunge. También han contado siempre con la eficiente distribución de Everlasting / PopStock! que nos han entregado sus discos en sus correspondientes ediciones en vinilo y las de compacto con lujosos y coloristas digipacks y amplios libretos. Ahora nos llegan dos variadas pero grandes reválidas de dos bandas que conviene marcar en rojo en nuestras agendas. Rose Windows y Metz. Pero merece la pena pasarse por www.everlastingrecords.com y por www.subpop.com porque su frecuencia de publicaciones con calidad es muy alta. Comenzamos por los originales Rose Windows.

Rose Windows: “Rose Windows”

Desde el mismo Seattle llega este peculiar sexteto con una portada que ya te atrae irremisiblemente. Al frente tenemos al guitarrista y principal compositor, Chris Cheveyo al que se le nota su pasado en un combo de post-rock y metal instrumental. La principal y buena vocalista, que también compone bastante, es Rabia Shaheen Qazi que tiene cierto aire a la mejor Grace Slick en la voz. En guitarra rítmica, voces y composiciones a Richi Rekow, pero también tienen gran importancia en el sonido global de la banda ols teclados, bajo y voces de Nils Petersen y la muy presente flauta de Veronica Dye, que también aporta teclados.

Todo esto se encuentra perfectamente ensamblado por la colorista producción de Randal Dunn (Cave Singers, Earth, Akron/Family). Entre todos logran una amalgama muy difícil de clasificar porque mezcla música de raíces americana, post-rock, psicodelia californiana, rock de guitarras africano, toques Ennio Morricone y hasta rock progresivo que en ocasiones se acerca a los mejores Jethro Tull. Sobre todo cuando destaca una muy presente y especial flauta. Se nota una buena evolución y un amplio trabajo desde su debut de hace 4 años, “The Sun Dogs”. El toque Morricone lo tenemos en la preciosa apertura con ‘Bohdi song’ que deja paso a un pedazo de single como ‘Glory, glory’ con esos guapos aires progresivos a lo Jethro Tull con esa combinación entre guitarras rock y flauta. Continúan esa senda con ‘Blind’ también con gancho. ‘Come get us again’ y ‘Aurora Avenue’ son preciosos y muy diferentes temas lentos. El segundo, por ejemplo, es una suerte de blues con variados cambios de registro. Me encanta ‘The old crow’ con ese aire y fuerza en la voz de Qazi y ese sonido global que remite al mejor rock psicodélico de Jefferson Airplane. ‘A pleasure to burn’ es un placentero lento con llamaradas de pasión como indica su título. Otra joyita intensa y variada que tiene hasta algún toque oriental a lo Japan. Acaban con la paz y el preciosismo total de ‘Harami’. ¡Sorpresón agradable y original!

Metz: “Metz II”

No se han complicado mucho al titular su nuevo trabajo este feroz trío de punk-rock brutal. Querían dejar claro desde el mismo título que iban a seguir inquebrantables en su sonido furioso, sucio y punk. Que no se venden ni van a rebajar su violencia sónica y textual para ampliar público. ¡Cómo debe ser¡ Pues lo han conseguido ciertamente y los que gozamos de los canadienses con su debut homónimo, “Metz” (Sub Pop / PopStock!), por su amalgama post-punk hardcore y noise-rock, lo volveremos a hacer. Se nombraban entonces a Shellac, Melvins, The Jesus Lizard, Pixies, Helmet, PIL o las bandas del sello Amphetamine Reptile y se corrobora ahora. Es cierto que han añadido matices instrumentales en forma de piano, sintetizador, guitarra barítono y hasta algunas cintas grabadas, pero no es menos cierto que tampoco se notan tanto y lo que predomina una vez más y gracias a Dios, es su fuerza bruta y aún sin domesticar. Comienzan con ‘Acetate’ a voz en grito, con ritmo machacón, violencia y agresividad. Se enrabietan y aceleran más aún con ‘The swimmer’ y se les escapa la rabia de los primeros Public Image Limited en ‘Landfill’. Más machacones y furiosos vuelven a ponerse para ‘Wait in line’. Sorprenden con los punteos fulminantes, salvajes y acerados de ‘Eyes peeled’ y se despiden con la oscuridad y relativa lentitud de ‘Kicking a can of worms’ que a mí me recuerda por el ritmo repetitivo y marcial al ‘Sister Ray’ de la Velvet Underground. ¡Ojalá sigan sin domesticar y ojalá los veamos pronto en directo con este inflamable material!

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