Vetusta Morla: "Nos apetecía probar la comunicación que ofrece un gran concierto"


Texto: Carlos Molina.

Juanma Latorre y Alvaro Baglietto llevan horas (pero muchas horas) atendiendo a un sinfín de medios bilbaínos para hablar de la nueva y esperada gira en grandes recintos de Vetusta Morla. Un tour especial, “único”, como recalcan, que enfocan como una fiesta de la banda. De esta gira y otros detalles que han llevado al grupo a ser una de las grandes bandas nacionales hablamos con esta simpática pareja.

Antes de venir a hablar con vosotros, me decía un compañero de Orpheo, Mikel Valle, que seguro que tenía que haber alguien de Bilbao en la banda, porque esta nueva gira tiene mucho de bilbainada…


Alvaro: (Risas). Bueno, yo tengo algo de sangre del norte, ¿eh? Mi madre es vasca, y yo soy de hacer alguna que otra bilbainada también…

Algo de eso tenía que haber. Es bueno que haya iniciativas valientes y atrevidas, que ofrezcan algo diferente…

Alvaro: Yo es que creo que no había mejor momento que ahora, después de todos los años que llevamos, para hacer algo así. En Bilbao, por ejemplo, ya hemos hecho salas, festivales… se nos quiere muchísimo, y deseábamos ofrecer algo nuevo distinto, con una escenografía diferente, trabajada… Llevamos currando para estos cinco conciertos mucho más tiempo que lo que lo hemos hecho para alguna de nuestras giras anteriores. Es una bilbainada, sí, pero pensada y desarrollada como si fuera una fiesta de Vetusta Morla. Lo que va a pasar aquí el 1 de mayo será algo nunca visto hasta ahora, un espectáculo que va a atravesar todas nuestras canciones, con nuevas adaptaciones para algunas de ellas, trabajando mucho el diseño del escenario, el componente audiovisual… Para nosotros va a resultar algo muy entrañable, un histórico de nuestra carrera.

Cuando se anunció que habíais vendido todo en Madrid y Barcelona, mucha gente pudo pensar: ya, ya, pero es que son Vetusta Morla. Pero hablamos de miles de entradas. Se puede prever, pero hay que lograrlo. Imagino que será algo que os haya llenado aún más, si cabe, de ilusión.


Juanma: Es una iniciativa que, de hecho, y ahí está también la bilbainada, presupone esa reacción, lo que no quiere decir que al conseguirlo no te satisfaga como si no te lo esperaras para nada. Contábamos con esa respuesta, a pesar de que pueda ser insólito y casi roce lo milagroso, especialmente en el caso de Madrid. Es donde vivimos, donde más gente vive, y puede parecer normal, pero está ahí. La venta de entradas en Bilbao también está siendo muy buena, y es algo que nos hace especial ilusión porque durante las dos ocasiones en las que hemos estado con la gira de La Deriva no hemos podido cumplir con nuestras expectativas escenográficas por varios motivos. Y ahora traemos ese concepto escenográfico que no se pudo disfrutar aquí hipervitaminado y llevado a su máximo esplendor. Ver cómo se está portando el público bilbaíno justifica las horas metidas y los sinsabores vividos, que también los hay, claro.

El otro día, hablando con Mario, de The Liberty, le preguntaba si iban a tener acceso a festivales, ya que su propuesta sonora podía tener un hueco ahí. En el vuestro, habéis consolidado una personalidad musical que lo mismo triunfa en una pequeña sala, que en un pabellón enorme o en un festival. Os defendéis muy bien en todo tipo de ligas.

Juanma: Esa es nuestra intención, el poder modular en diferentes espacios, con propuestas distintas que cuadren igual en una sala pequeña que en una grande, ya que en los tiempos que corren hay que adaptarse a esa flexibilidad. No cabe otra. Es en este caso nos apetecía hacerlo en espacios grandes en primer lugar porque la propuesta escenográfica no cabía en otros recintos por cuestión de logística, y porque nos apetece probar esa forma de comunicación que ofrece un gran concierto. Algo que nosotros hemos vivido como espectadores y seguidores de tantísimas bandas.

Al mismo tiempo, no puedes dejar de pensar que quieres que tu música funcione de una manera directa, despojada de artificios y demás. Afortunadamente, en nuestro caso es así, lo que vamos a ofrecer ahora no significa que hayamos evolucionado de una forma que ya no es viable para un sitio pequeño. De hecho, para recordárnoslo, a veces nos vamos a México para foguearnos.

Y así seguir creciendo, en otros países y mercados…

Juanma: Eso es.

Hablabas ahora Juanma de que queríais probar lo que se siente en un gran concierto. A la hora de trabajar en la escenografía, luces, sonido, etc, ¿habéis estado acudiendo en los últimos meses a algunos directos libreta en mano para apuntar ideas?

Alvaro: (Risas). No, no. Esta idea surgió en México, sentándonos a hablar con nuestro mánager para ver cómo podía desarrollarse. Y desde entonces hasta ahora supimos que la intención era la de realizar una ampliación de lo que hemos estado ofreciendo con La Deriva, pero en lugar de presentar el disco presentamos la banda. Es un: así somos y hasta aquí hemos llegado, esto es lo que hemos aprendido. Al final es llevarlo todo más allá a nivel escénico.

Aprendes mucho por el camino. Ha sido bastante tiempo de investigar, ver vídeos, pero no tanto de ir a conciertos a pillar cosas, aunque también, ya que es indudable que cuando ves cosas que te gustan se te quedan en la cabeza.

Ha sido mucho más sencillo de lo que pudiera parecer. Ha exigido un gran trabajo, pero hemos contado con el impulso de lo desarrollado en la gira de La Deriva. Hemos tirado del hilo de lo que teníamos para hacerlo mejor. El que acuda a estos conciertos va a disfrutar de algo nuevo que no ha contemplado aún, otra cara.

Al respecto de lo que hablabais antes, creo que hemos aprendido algo en estos años, y es que dependiendo de la sala o recinto donde toquemos existe una intención diferente a la hora de expresarte. Hay un aprendizaje que te lleva a moverte físicamente o a atacar tu instrumento que bebe del escenario en el que estás tocando. En Bogotá, por ejemplo, recuerdo que la misma canción crece con una identidad diferente. En los teatros mostramos otra instrumentación, una ambientación más melódica y menos rock que surge del espíritu del propio recinto.

Es que tenéis algo a vuestro favor, una apuesta no muy común en la mayor parte de las bandas, que apuestan por una mayor inmediatez. Recorristeis durante muchos años salas y locales varios, pero esperasteis lo necesario antes de dar forma a vuestro primer disco. Cuando lo hicisteis, ya estabais hechos. Aunque parezca mentira, os acercáis a vuestros 20 años como banda. Y no quiero echaros edad.

Alvaro: Eso que dices es cierto. Hace tiempo estuve trabajando con una banda para echarles un cable. Yo les aconsejaba que miraran algunos detalles, que cambiaran cosas, pero ellos querían grabar ya. Intentaba mostrarles mi aprendizaje con Vetusta, pero no resultó. Es mejor tomarte tu tiempo, dejar a los productores que ven las cosas desde fuera que den su opinión… En ocasiones te centras tanto en un objetivo que no ves que estás perdiéndolo yendo rápidamente hacia él.

No sé hasta qué punto sois conscientes de hecho, pero también habéis terminado por marcar un estilo. Por supuesto, entre bandas que están comenzando, pero también en grupos con algunos discos en el mercado que han girado hacia una música de colores muy similares a la vuestra…

Juanma: Nosotros no tenemos esa conciencia. Antes lo hablábamos Alvaro y yo, y es que hay ocasiones en las que se nos acerca un colega y nos dice: Escuchad este grupo, os copia el estilo, o busca un sonido como el vuestro. Y lo oyes y dices: Jo, chico, pues no encontramos tanto el parecido. Al final hay que tener en cuenta que las referencias e influencias son muy comunes en ocasiones. Cada quien tiene sus formas de interpretarlas, pero a veces en ellas hay unas identificaciones comunes.

Nosotros, por el hecho de haber llegado antes, tampoco es que hayamos inventado nada. No tengo esa sensación de ser modelos, ni para bien ni para mal.

Al menos sí que, para bien, habéis demostrado que se puede triunfar partiendo desde lo más bajo, apostando por una independencia real y por un pop-rock en español con cuidadas atmósferas y letras.

Juanma: Pero fíjate, es que no considero que sea mérito nuestro, sino que es consecuencia de los tiempos que vivimos en los que afortunadamente hemos llegado a un lugar y momento en la que la forma que tenemos de entender la música es similar a la que tiene también otra mucha gente. El público no se traga las letras de cualquier manera, por ejemplo. Recuerdo que cuando nosotros empezamos, oír una banda en español era algo insólito, porque entre otras cosas, si las letras no estaban cuidadas te terminaban por dar una patada en la oreja. Y para eso al final te ponías a escuchar Nirvana o cualquier otra banda en inglés.

En el momento en el que aparecen bandas que quieren comunicarse en castellano y que para eso trabajan el atractivo de las letras, aparece gente que le gusta esa apuesta y termina por consolidarse una escena, un circuito… una especia de un ecosistema del que nosotros somos simplemente una parte. Ni punta de lanza, ni responsables, solo estamos ahí.

Me gusta eso de ecosistema. ¿Creéis que puede consolidarse y crecer aún más, tras las buenas y recientes noticias de la ampliación del número de entradas a la venta para el próximo bolo de Izal en Madrid, el exitazo de Supersubmarina con su última gira, Love of Lesbian, etc?

Alvaro: Yo soy optimista… por naturaleza.

Juanma: Por no decir por sistema (risas).

Alvaro: No dejan de verse bandas que están haciendo discos muy chulos, como Rufus T. Firefly, que ha hecho un álbum buenísimo. Hay grupos increíbles. Tiene muy buena pinta.

Juanma: Jugamos con una baza en contra, que es la situación económica general. Al final este ecosistema se sustenta en la emoción e ilusión de la gente por escuchar música. En ese sentido, el talento está. Hay bandas, medios, festivales… pero no hay que olvidarse del money. Por este último aspecto es por donde pueden surgir los problemas, que no romperse la estructura. Porque si hay talento y ganas, todo saldrá adelante, pero es verdad que quizás no llegue a un nivel al que se podría ascender de haber una coyuntura económica más favorable. En cualquier caso soy optimista como Alvaro. No sé si lo creo porque lo espero, o lo espero porque lo creo (risas). Hay una sensación buenísima de buena salud.

A nivel de infraestructuras, ¿la salud también es buena, mejorando… o mejorable?

Juanma: Hay rasgos diferentes según el lugar al que vayas, aunque las infraestructuras a mejorar son comunes independientemente de dónde vayas. Pero si el ecosistema mejora, eso lo hará también por inercia, al igual que si los músicos exigen que haya unas condiciones determinadas para hacer su trabajo. Al final, los espacios no tendrán más remedio que adaptarse a ello, lo cual será más fácil si la gente acude a los conciertos y además se toma ya tres birras porque es feliz ya que tiene trabajo y tela en el bolsillo. Todo está relacionado.

Héroes del Silencio se referían a sí mismos como “el buque”, en el sentido de que tenían que estar continuamente de gira para generar ingresos con los que acometer sus discos, mantener a todo su equipo de management, técnicos, sello… aparte de satisfacer a sus seguidores. ¿Alguna vez en estos últimos años os habéis visto así también?

Alvaro: Intentamos no recargar demasiado “el buque”, utilizando ese símil, trabajando de forma independiente con un montón de proveedores para no hinchar la burbuja. Nuestra discográfica la componemos actualmente nosotros seis y dos personas más. Igual llevamos a cabo una contratación nueva… ya veremos, pero el resto de personas son satélites con los que trabajamos dependiendo del proyecto. Para una discográfica normal supone un problema parar las giras, pero nosotros con Pequeño Salto Mortal no queremos caer en ese terreno para no agotarnos ni agotar a nuestro público.

Lo cierto es que en esos descansos qué sucede… pues que “el buque” se hunde. Por eso, yo que soy muy listo (risas) estoy intentando encontrar otras vías de escape que nos ayude a mantener esa pequeña estructura de ocho personas. Es una fórmula a la que estamos intentando llegar, compleja. El problema es que si no te puedes ahogar de éxito.

Juanma: Es que la maquinaria es muy hambrienta. Los momentos de no actividad son necesarios, pero muy complicados. Tienes que hacer ganas en la gente, el público debe descansar de ti, pero cuando dejas de echarle carbón, el monstruo pregunta: Eh, qué pasa, que tengo que comer todos los días. Y es que además cuando paras nadie te financia los discos, pero debes estar un año sin ingresar para poder ponerte a trabajar y crear un nuevo álbum. Por suerte, las giras continúan dándonos gasolina para aguantar esos periodos y nuestros discos se venden lo suficiente como para permitirnos poner en marcha nuevas giras o trabajos. No es que no exista presión, es que la esquivamos por el momento gracias a la providencia.

Para vuestros seguidores, qué les diríais respecto a esta gira: Venid a vernos porque…

Juanma: …Porque planteamos estos conciertos como algo único. Lo va a ser seguro. Vamos a ponerle la mayor ilusión posible. Tenemos muchas virtudes y defectos, pero entre las virtudes destacaría que somos capaces de transmitir la emoción e ilusión por lo que hacemos. Otras cosas no se nos dan bien, pero esa sí. Estoy seguro de que el venga disfrutará un momento inolvidable. El repertorio va a ser muy amplio, transformaremos y jugaremos con las canciones, y los conciertos serán bastante largos. Nos lo estamos pasando muy bien, y esperamos que los que vengan también lo hagan.

¿Habéis tenido algún descubrimiento musical en los últimos meses?

Alvaro: En España hay dos artistas que a mi juicio no están logrando la repercusión que se merecen: Jacobo Serra y Julián Maeso.

Juanma: Coincido completamente con Alvaro. Que vaya a verles todo el mundo en directo, en disco son muy buenos pero sobre un escenario los ves y sólo puedes decir: uauh.

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