El Ser Humano: "Egresión presenta un sonido maduro y alejado de las transitadas avenidas del pop y del rock actual"


Texto: Carlos Molina.


Nos encanta en Orpheo descubrir propuestas soterradas, alejadas del mainstream, incluso del indie... y acariciando el underground. Proyectos de calidad exquisita que siguen alimentando nuestra pasión por la música. Uno de nuestros últimos hallazgos ha sido el de El Ser Humano. Ya analizamos su álbum aquí, ahora aprovechamos para hablar largo y tendido con Gonzalo Fuster, la persona detrás del alias.

Vamos a conocer un poco más de Gonzalo Fuster antes de entrar a desgranar tu trayectoria como El Ser Humano. ¿Cuándo comenzó a florecer tu pasión por la música, y cuáles fueron los primeros grupos, artistas y discos que te marcaron?


Desde muy pequeño, soy el pequeño de cuatro hermanos y me llevo mucha diferencia de edad con ellos. Cuando ellos tenían 17 o así yo tenía sobre 5, así que lo absorbía todo como normal y me empeñaba en remarcarlo ante mis compañeros del colegio. Comenzó desde muy pronto a ser algo muy diferenciador para mí, me hacía sentirme especial. Tengo muchos recuerdos tempranos, los vinilos de The Police y Jesus and Mary Chain todo el día en el tocadiscos… Con 10 años me encantaban The Cramps.

Los primeros que hice míos fueron U2. A mis hermanos les gustaba pero me adelanté a ellos agenciándome (por decirlo fino) el “Joshua Tree”, que estaba recién publicado. Fue a la vez que me sumergía en The Beatles, Kinks, etc… ¡pero claro, U2 estaban en activo!

Hay otros varios muy significativos. Una recopilación de carpeta rosa de Little Richard, el “Relics” de Pink Floyd, “Blood on the Tracks” de Dylan, por decir de los primeros “míos”. Luego ya me fui obsesionando por épocas y en la adolescencia empecé con Slade, Velvet Underground y Bowie.

Tengo la suerte de que no me arrepiento de ningún grupo o disco que haya escuchado, tuve mucha suerte de ser el pequeño. De hecho es ahora cuando estoy descubriendo artistas de los cuales la gente echa pestes.

Antes de tu carrera en solitario formaste parte de Trinidad y Ontario. Sin embargo, ¿cuál fue el primer proyecto musical en el que militaste?

Se llamaba Los Tranquilos, debido a que éramos asiduos de un Pub en Valencia que se llamaba Tranquilo Niebla. Era el único sitio donde podía escuchar música que me gustara saliendo por la noche. Era de dos socios, uno sesentero y otro más indie. Recuerdo los discos de los Animals que tenía, me flipaban. Yo tenía 15 años y nos dejaron ensayar allí antes de que abrieran al público, así que Tranquilo Niebla marcó mucho mi existencia.

Los Tranquilos éramos una especie de combo de soul blanco, por llamarlo de alguna manera. Un poco al estilo Mod, pero todo se vino abajo en un ensayo que invitamos a Javi, de Los Sostenidos, y nos enseñó ‘I wanna be adored’ de The Stone Roses. Quisimos imitarle y… nos disolvimos porque nos veíamos incapaces de tocar tan bien, eso sin haber hecho nunca un concierto, claro.

Entrando ya en tu trayectoria junto a Trinidad y Ontario, ¿qué es lo que recuerdas con más cariño de tu militancia en estas formaciones, y cuáles consideras que son los principales logros de estos dos grupos?

Tocar con mis mejores amigos sin ningún lugar a dudas. Se supone que es lo normal cuando empiezas a tocar un instrumento, claro. Era una vía de escape y una forma de vida. De joven todo se vive de forma más visceral y su valor relativo sobre tu tiempo vivido es altísimo.

De Ontario me quedo con los ensayos después de salir y ponernos finos a cerveza. Eran un caos pero nos transportaban muy lejos.

Trinidad está ahora en fase de hibernación, hace más de un año que no tocamos. De Trinidad me quedo con la energía que se crea cuando nos juntamos los cuatro. Desde el primer ensayo aquello sonaba distinto a todo. Y por supuesto, también en Trinidad, trabajar con Javier Marcos, Galope.

Ahondando en estas cuestiones previas a hablar de “Egresión”, ¿con qué adjetivos te describirías como músico?

Antes tocaba mucho mejor que ahora y era más original interpretando con la guitarra. Actualmente priorizo la canción, me preocupo más por la voz y, por tanto, a nivel instrumental me he ido acomodando en ser acompañamiento rítmico.

Ya como El Ser Humano has grabado tres trabajos: el homónimo de 2012, “Pyla Pan” (2013) y el reciente “Egresión” (2014). ¿Qué nexos comunes y principales diferencias hay entre tus dos anteriores trabajos y “Egresión”?

Nexos veo pocos, sinceramente… Hay muchísima evolución, sin ruptura, cierto, pero a mucha distancia. Dejé la música en 2001 y volví en 2009 tímidamente. Así que el primer disco de El Ser Humano fue sin haber rodado ni haber hecho conciertos en 10 años.

Cada disco es diferente, pero no sólo de producción, sino de abordaje de las canciones. Hay un camino trazado y ha sido mucho más largo que lo que pueda parecer tres años.

Las diferencias entre ellos son plausibles. Desde mi voz, que es el elemento que primero salta al oído en una canción, a la forma de componer y también el sonido de los discos. Aunque los tres discos los ha grabado y producido Dani Cardona en los Estudios El Sótano, del primero que eran canciones desnudas al último, “Egresión”, que está orquestado y con más electricidad hay un océano. Además, “Egresión” cuenta con una experimentación a la hora de componer y mucho trabajo posterior de análisis para dejarlo “como si no hubiera pasado nada”. Esto me alimenta, me enriquece, es lo que me hace disfrutar de la música ahora.

Una diferencia clarísima es que el primero se hizo de puertas para adentro, Dani y yo metidos en el estudio (sobre todo él) y con colaboraciones puntuales sobre ideas claras. Con el tiempo, el carácter de esas colaboraciones terminaron en participaciones abiertas y creativas, aportando también su personalidad. Fito, que grabó los bajos del primer disco sin ni siquiera conocerlo personalmente, entró a formar parte del grupo que iba a defender el disco en directo. Posteriormente se incorporó Rubén al bajo, pasando Fito a la guitarra y teclados. Ambos ya compusieron y grabaron en “Egresión”, sumando sus caracteres en las composiciones desde mucho antes de grabarlas. Esto se nota en el disco. Es un disco cohesionado y donde su participación es crucial.

En este trabajo has vuelto a colaborar, como has apuntado, con Dani Cardona. ¿Qué es lo que más destacarías de su labor musical contigo?

Muchísimas cosas. Si tengo que destacar solo un par serían su verdadera independencia creativa respecto a todo y su experiencia. Me ha enseñado muchísimo, entre otras cosas a cantar bien.

Nuestro trabajo juntos es algo más que una colaboración. Aunque empezara así, con el tiempo y con el esfuerzo de hacer tres discos juntos, El Ser Humano ha dejado de ser un proyecto únicamente mío y él tiene mucho peso en cómo suenan las canciones en directo, dirige incluso más que yo, que para algo tiene más idea.


¿Cómo describirías el sonido que construye este “Egresión”?

Es un sonido maduro y alejado de las transitadas avenidas del pop y del rock actual. Por la forma de trabajar de Dani y por mis gustos personales, la producción está muy cuidada en su profundidad más que en la superficie o en el primer impacto auditivo.

Supongo que habréis oído hablar de la Loudness war. Hoy en día el consumo rápido, la inmediata fabricación y edición, el “aquí y ahora” llevan a que los productos sean necesariamente bienes de primer impacto. Por esa razón se inflan producciones al límite de la saturación con tal de noquear al oyente. Lo que suele ocurrir es que pronto cansa y no permite esa cuadragésima sexta escucha que es mucho más placentera que las primeras. “Egresión” está alejado de esto.

Volviendo a la producción de Dani y de lo que destaco de él, esa independencia es algo que comparto y que “Egresión” posee. Es un disco ajeno a modas. Era imposible vernos grabando ukeleles hace 5 años, vernos ahora haciendo un disco punk post-Fugazi o demás modas a las que una mayoría se adscribe y que da un poco de vergüenza escuchar tras varios años.

Por otra parte, en mi opinión es un disco muy variado, con muchos colores. ‘Italia’ parece un standard de música ligera italiana en algunos momentos, ‘Continuamente gris’ tiene muchos vericuetos iluminados y otros rincones oscuros, ‘Piedras’ es una canción muy directa y sencilla…. El sonido es una amalgama de todas estas canciones en el sentido que no es como el “Low” de Bowie, por ejemplo, que tiene un tinte homogéneo todo el disco (por poner un gran ejemplo, pero es lo normal).

¿Con qué bandas nacionales e internacionales consideras que tienes un sonido común?

No lo sé, no puedo ser objetivo. En mi cabeza suena una cosa que luego proyecto en el disco, pero hay muchos más factores que determinan el sonido final y no sé hasta qué punto lo que percibo al escuchar el disco ahora no son invenciones de mi cerebro. Reflejos, autoconvencimientos, etc….

Me gusta pensar que suena a los Wings y a Kevin Ayers y a La Estrella de David y a Talking Heads. Seguro que si fuera un examen habría suspendido.

¿Cuántos conciertos has realizado de presentación de “Egresión”, y cómo han ido? ¿Puedes adelantarnos alguna próxima fecha más?

El disco tiene dos meses de vida y ya lo hemos presentado en una minigira por el centro-norte. Estamos preparando el gran abordaje. Hoy estaremos en Valencia en la Sala Russafa y luego quedan por cerrar fechas en el País Vasco, Barcelona y toda Galicia. Como el disco salió cerca de Navidad, preferí esperar a hacer las presentaciones hacia final de enero, que a la gente se le baje el turrón y vuelva a tener ganas de conciertos más que de sociabilizar con primos lejanos.

Por lo general han ido bien, algunos con más gente que otros, como es normal y con una aceptación diferente entre los que voy yo sólo con la acústica a los que voy con banda. No sólo cambian los espacios o salas, sino observo una diferencia de predisposición en la gente. En acústico la gente son más oyentes que público y en salas, tocando con banda, son más público que oyentes. Es algo así como “escuchar las canciones” y “salir a tomarme unas copas y que haya música en directo”.

¿Cuáles son tus planes musicales para este 2015?

Presentar y rodar “Egresión” por toda España, vivir, disfrutar del resto de discografía de Franco Battiato que me queda por descubrir y trabajar en las nuevas canciones. Seguir aprendiendo para hacer mejores canciones. Y espero que llegue alguna sorpresa, algo inesperado que me haga feliz.

¿Cuáles son los últimos discos que más te han fascinado?

Son muchos, el último de Foxygen me parece brillante, “La Gran Prueba” de Tórtel también.

Y por cuanto a discos de los que están ahí toda la vida, que no son de estos últimos años: hace poco que descubrí a Serrat. Con los prejuicios nunca me había permitido escucharlo y, la verdad… lo que hizo entre 1968 y 1974 es irrepetible. Ahora mismo pienso que nadie en España ha tenido en su carrera 6 años a tan alto nivel como este hombre. “La Paloma”, para quien tenga curiosidad y no lo controle, de Serrat es una obra de arte.

“A House safe from tigers” de Lee Hazzlewood también lleva tiempo en el tocadiscos y no tiene pinta de que vaya a salir pronto.

Como verás no soy un gran enamorado de mi música coetánea. Me gustan cada vez menos grupos actuales, con sus grandísimas excepciones, pero de cada 20 grupos que suenan en la radio o reseñan las revistas me gusta uno o ninguno.

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