Manos de Topo: "Estamos orgullosos de nuestras taras"


Texto: Carlos Molina.

Manos de Topo (foto: Esther Navalón) es uno de los grupos con una personalidad más marcada del indie nacional. Quizás nunca fascinen a muchos, pero seguro que fascinan mucho a sus seguidores. No lo ponen fácil, pero siempre es de agradecer que haya propuestas distintas, valientes y marcadas. Hablamos con Miguel Angel, voz y guitarra del combo catalán.

Del vértigo del debut a la prueba de la reválida, la consolidación de una personalidad con un tercer álbum y, ahora, un cuarto disco… autoeditado. Vayamos por partes. ¿Qué papel otorgáis a “Caminitos del deseo” dentro de vuestra discografía?


Es una nueva confirmación de que la única forma de seguir con Manos de Topo es continuar haciendo las cosas a nuestra manera, sin miedo. Ya no hay ni forma ni intención de domar nada. Seguimos nuestra senda particular y, si nos equivocamos y llegamos a un precipicio, podremos decir que nos equivocamos, sí, pero haciendo y cantando las cosas a nuestra manera.

¿Cuáles consideráis que son los mayores logros de vuestros tres álbunes anteriores, a grosso modo?

El mayor éxito de Manos de Topo es mantenernos juntos. De hecho no creo que sea un éxito, sino un milagro. Seguir grabando discos y querer girar una vez más sin habernos sacado los ojos los unos a los otros es energía divina.

Abandonáis Sones para apostar, como hemos comentado, por la autoedición. ¿Qué os llevó a dar este paso?

Supongo que fue por una necesidad de análisis real en cada movimiento sin pasar por intermediarios para llegar a un repartimiento equilibrado y justo en cada fase del proyecto. Pufff… Todo esto para decirte que nos hemos vuelto Trotskistas hasta nueva orden. Para bien o para mal, la “industria” musical, en el momento en el que está un grupo como Manos de Topo, necesita volver a ciertos hábitos más underground. Ahora mandamos los CD’s nosotros por correo, vamos a salas más pequeñas, hablamos directamente con promotores y salas… No sé si es algo bueno o malo, pero sí sabemos que lo estamos disfrutando mucho. Otro tema es analizar dónde han quedado esas discográficas indies que parecía que en el 2005 querían crecer haciendo las cosas de otra manera, el riesgo y todo eso tan bonito de antaño…

Han transcurrido tres años desde vuestro anterior lanzamiento hasta este “Caminitos del deseo”. ¿Cuándo comenzasteis a trabajar en la composición de los nuevos temas, y cuáles han sido los que menos quebraderos de cabeza os han dado… y los que más?

Hacer un disco es un infierno. Admiro o desconfío de esos grupos que hacen un disco al año, sobretodo porque tienen que tener una vida muy ajetreada y un análisis de la realidad realmente rápido. Nosotros hemos necesitado tres años para tener algo de lo que hablar. Hemos necesitado pasar por tres bodas y cientos de funerales, desengaños varios y una revolución social para poder articular un discurso. Las canciones empezaron hace tres años a gestarse y se han tenido que romper por mil sitios para que sean lo que han acabado siendo: algo nuevo que podamos presentar orgullosos.

Crudo y oscuro comienzo con ‘Fantasmas de tus agujeros’, que adopta un aire, eso, fantasmal, ‘Ingeniería nupcial’ se presta a cacofonía sonora con tiovivos sonoros, momentos explosivos e implosivos. ‘Islas de luz’ prosigue con vuestra apuesta por canciones enigmáticas, alejadas de estructuras y estribillos fáciles… ¡y sin embargo, tan cautivadoras! La contundente (de título) ‘Tus Bombas del Liceo’ se reviste de bellos arreglos y hasta juegos vocales, en el que es uno de los grandes cortes del disco, como también lo es la bellamente adornada ‘Bragas bandera’. ¿Consideráis que este es vuestro álbum más redondo hasta la fecha, el que mejor recoge la esencia sonora de Manos de Topo?

Francamente, no sé cuál es la esencia sonora de Manos de Topo, más allá de la anécdota de la voz a la que todo el mundo se agarra. Queremos pensar que cada disco ha sido de una forma determinada, redondo o cuadrado, a su manera, en el momento en el que se presentó según las experiencias que tuvimos en el momento en el que hicimos esas canciones. Sí que es cierto que utilizamos ciertas herramientas para hablar de las cosas que nos preocupan como siguen siendo el humor, la ironía, la burla y el surrealismo, pero es que las personas que hay detrás del grupo también son así en su vida cotidiana. Y después está el amor como canal o excusa para hablar de cosas más amplias, pero que la figura de las relaciones sentimentales nos permite tratar de forma metafórica. Tampoco es que nos preocupe hacer un disco universalmente redondo que guste a todo el mundo. Trabajamos por impulsos e intuición. Algunas veces acertamos y, en otras ocasiones, el tiempo nos dice que no fue la opción acertada, pero como ya he comentado, estamos orgullosos de nuestras taras.

Hay una cosa que creemos que sí define este disco y es la gestión de ambientes más oscuros con estribillos poperos y más positivos. La esencia del nuevo disco es esa intención de querer seguir adelante atravesando la decepción por la que estamos pasando todos y para ellos necesitamos atajos y caminos del deseo particulares, pues está claro que los caminos institucionales son callejones sin salida.

‘Collar de macarrones’ prosigue la senda oscura y visceral, dramática en su ejecución, mientras que ‘Virgen Consagrada’ parece haber sido compuesta para una película de David Lynch. Habéis repetido producción con New Raemon. ¿Qué pensáis que es el mayor aporte de éste a vuestro sonido?

Lo más importante de Ramón continúa siendo que nos comprende y nos quiere tal y como somos. Nos ayuda como un hermano mayor, pero sabe en qué cosas se puede meter y en cuáles no. Ramón en el estudio es la visión externa de unas canciones que nosotros podemos tener muy viciadas y en las que hemos perdido cierta perspectiva. Se encarga de poner orden y hacer reales las ideas que nosotros le proponemos de forma verbal. Muchas veces le hablo a Ramón de las canciones a partir de ideas visuales y probamos cosas hasta que vemos claro que ese es el camino. Recuerdo el día que le dije: “en esta parte de ‘Bragas Bandera’ tiene que dar la sensación de que vamos atravesando un desierto y las nubes han decidido llover alfileres… ¿Podemos conseguir ese sonido?”. Nosotros sabíamos que en ‘Virgen Consagrada’ teníamos que conseguir esa atmósfera más reposada y que ‘Collar de Macarrones’ tenía que explotar en el estribillo para salir de las estrofas pesadas. En el estudio, Ramón conjugó los pedales para conseguirlo.

La experimental ‘Abríguense los solteros’, una ‘Democracias y desgracias’ de ropajes más minimalistas y una enérgica ‘Un último esfuerzo’ con sus arreglos de metales y poperos coros ponen el broche de oro al disco. ¿Podéis anunciarnos alguna de las primeras fechas de presentación en directo de este nuevo disco? En cualquier caso, ¿cómo tenéis planeada la gira?

Pues estamos muy contentos porque por fin vamos a poder visitar Galicia y Andalucía, cosa que no pudimos hacer en el disco anterior. De hecho, vamos a empezar la gira con ellos. La intención es empezar en diciembre a girar el disco, que parece que nos llevará a dar una vuelta por casi toda la Península. En enero estrenamos en Barcelona y en febrero en Madrid, si todo va bien. Tenemos muchas ganas y no es una frase hecha.

Momentazos varios acompañan vuestra trayectoria hasta este momento: realizadores de uno de los mejores álbunes de la primera década de 2000 para Rockdelux, actuaciones en México… ¿Cuáles son los instantes que más recordáis, o valoráis, de todos los vividos en estos últimos siete años?

Todos esos instantes de los que hablas son bonitos y emocionantes de recordar, claro, pero de lo que disfruto más y por lo que realemente me gusta tener una banda son de los procesos creativos que compartimos en el local de ensayo. Me pone los pelos de punta cuando me doy cuenta que todas las ideas desordenadas y todo lo que quieres contar coge forma en una canción con la gente que compartes grupo. El proceso sigue siendo lo verdaderamente emocionante y por lo que estoy aquí. Estar perdido y, de nuevo, encontrar ese caminito que te lleva a algún sitio que te gusta defender.

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